viernes, 26 de febrero de 2016

EL PASO DEL TIEMPO EN LAS HERMANAS BROWN




A lo largo de 40 años cuatro hermanas van posando para el álbum de fotos que se ha hecho famoso en todo el mundo. El autor, Nicolas Nixon, profesor de fotografía del Colegio de Bellas Artes de Massachusetts, comenzó en 1975 a fotografiar a su esposa Bebe y sus tres hermanas, “Las hermanas Brown”. Les gustó tanto a las hermanas y al propio fotógrafo que se prometieron juntarse una vez al año, y así han llegado hasta 2015. El resultado ha sido maravilloso. Puede seguirse el proceso del tiempo y de sus vidas a través de estos 40 años en unas espléndidas fotografías que, casi sin querer, nos van narrando interesantes parcelas de sus biografías individuales y grupales. Proceso que sigue en pie.
En las primeras se advierte la personalidad individualista de quien en calidad de adolescentes buscan cierta camaradería, pero sobre todo independencia y cierto aire de rebeldía y descaro propio de la juventud al mirar a la cámara ¿sólo a la cámara?, acaso también a la vida. Pero pronto, a medida de que va pasando el tiempo se va dando una mayor cercanía de los cuerpos en señal de abrazos, arrumacos, cierta complicidad, necesidad de apoyarse las unas en las otras, hasta llegar a la última, cuarenta años después, en donde se notan no pocas arrugas, el pelo blanco en alguna de ellas y la necesidad de formar ya un solo cuerpo, un todo unido y compacto para enfrentarse posiblemente a los últimos avatares de la vida. La imagen es ya muralla, abrazo, cobijo, ternura, una inmensa serenidad, un ejército para la lucha, una petición de piedad y empatía al espectador.
Mi admirado maestro en el arte de mirar y de escribir, Antonio Muñoz Molina, les dedica un capítulo en su libro “El atrevimiento de mirar” y dice esto:
“El tema principal de las fotografías de Nicholas Nixon, no es exactamente el paso del tiempo: es el paso del tiempo y también la duración de las cosas... En muy poco tiempo una cara joven va siendo estragada por la edad, gastándose por la intemperie y por las mordeduras secretas de la tristeza y la pérdida: pero esa cara, a pesar de todo, sigue manteniéndose idéntica a sí misma a lo largo de muchos años, esa presencia resiste como un árbol y su verticalidad es un apoyo para quienes se amparan en ella... Como un diario que parece ir escribiéndose por sí solo al azar de los días”.
Sí, con el paso del tiempo y la duración de las cosas van apareciendo las muchas pérdidas y las no pocas ganancias o las no pocas pérdidas y las muchas ganancias, según los casos y la biografía de cada personaje como si de una novela se tratara. Ya lo han dicho muchos que detrás de cada vida humana puede haber una gran novela. Solo hace falta un gran escritor que la escriba. En este caso ha sido un fotógrafo.
Puedes verlo en Google: Proyecto fotográfico con duración de 40 años. Tal cual, no te lo pierdas.

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