Aunque la provincia de
Palencia está poblada de arte románico, hay una joya esplendorosa de
este arte que destaca y fascina a cuanto amante de lo bello exista y
sepa disfrutar del arte cuando éste llega a lo más alto.
Es el caso de este claustro románico de de San Andrés del Arroyo,
conjunto sobresaliente de uno de los más conocidos monasterios románicos
de Castilla y León, al hallarse en el norte de Palencia. Se encuentra
en la comarca de la Ojeda palentina.
Estamos ante una pieza
espléndida del tardorrománico palentino y castellano. Los arcos son
ligeramente apuntados y se aprecia una mayor sofisticación de otras
obras de este estilo próxima al gótico, en la manera de esculpir los
capiteles. El románico está a punto de morir y el gótico a punto de
aparecer. ¡Cómo cantan en el silencio del monasterio esas parejas de
columnas con fustes separados y capiteles con figuración vegetal!
Sobresalen los capiteles calados conseguidos a base de trépano. No
estamos ante la desnudez típica del Císter. Aquí los artistas
obedecieron más al manierismo románico francés logrando un espíritu
manierista barroco y efectista logradísimos.
Dicho lo cual será
mejor dejar hablar a lo que ven los ojos, bien abiertos, porque si se
trata de buena música es mejor cerrarlos para que entren mejor por los
oídos del alma, y quedarse extasiado ante tanta armonía y tan inmensa
belleza. Aquí se detiene el tiempo, el aire que se respira tras la
contemplación tiene sabor a eternidad y de luz no usada.
¡Qué
diferente este claustro y el quehacer de los que lo pusieron en pie de
los actuales muros de cemento para todo y sus constructores! Y de qué
manera ha retrocedido el progreso! ¡Cómo no admirar con asombro a
aquellos artistas geniales anónimos que llegaron a lo más alto y dejaron
estas obras imperecederas sin darse ninguna importancia! Éste rincón
no es espacio para la muerte, es para celebrar la belleza en el silencio
de un monasterio casi perdido en el espacio y en el tiempo.
martes, 26 de enero de 2016
LA VIDA ETERNA DE UN CLAUSTRO
Publicado por
ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ
en
2:02
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