martes, 3 de noviembre de 2015

LO PLANO Y LO SINUOSO




Se puede estar a favor de lo lineal, lo plano, lo que se entiende a la primera, lo que late en la pura superficie o por el contrario, preferir lo curvilíneo, lo sinuoso, aquello que es necesario pasar por ello varias veces para entenderlo mejor y ver todos sus ángulos y diferentes lecturas, el lado profundo, barroco y complejo.
La foto pertenece al segundo apartado, no se ve ni con clari-dad, ni a simple vista, ni tiene una lectura univoca porque se nos oculta gran parte de la realidad, y hasta la más importante, y además se nos presenta como un juego: qué hay detrás de esa cortina, a quién pertenecen esas dos piernas, y si es, guapa, fea, joven, mayor, atractiva, simpática, repulsiva...
¿Podríamos intentar ver más allá de lo que nuestros ojos ven? ¿Deberíamos no caer con tanta frecuencia en la simplicidad de nuestras visiones y argumentos ante la complejidad de la vida en todas sus ramas?
Quiero creer que detrás de la cortina y sobre esas piernas se encuentra una mujer muy joven y muy bella, rubia, maquillada con mucho gusto, que le gustaría mirar al espectador con simpatía con el ánimo de agradar, con una invitación clara de amistad tras una charla amena y con cierta profundidad.
No pases por alto el juego de las piernas y su significado: la izquierda indica tolerancia, flexibilidad, condescendencia, tierno arrullo, mientras que la derecha refleja energía, talento, es la pierna de una mujer resuelta, decidida y con muchas ganas de hacer algo importante en su vida. ¿No adviertes la firmeza de esa pierna sobre el suelo?
Una segunda lectura exigiría la creación de un relato, una historia a partir de lo poco que se ve y lo mucho que se puede intuir dependiendo de la imaginación más o menos calenturienta o creativa de cada cual. Pero eso sería otro cantar o simplemente una segunda opción que brindo al lector.

2 comentarios:

Carmen Cubillo dijo...

Tus comentarios me encantan, llenos de sutileza y de elegancia en la expresión. Enhorabuena. Los sigo hace tiempo.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Mil gracias, Carmen. Un abrazo