miércoles, 7 de octubre de 2015

EL GRITO DE UN BESO Y DE UNAS RUINAS




Hay dos imágenes en esta imagen que no pueden ser más dispares y no sé, así de entrada, si tienen algo que ver la una y la otra. Pero su autor, el artista sirio Tammam Azzam, algo habrá querido decir, y seguro que se podrán hacer mil y una lecturas dependiendo de quien quiera pararse a mirar y contemplar con cierto detenimiento.
Se trata de unas ruinas de Siria, un país en guerra interminable de muchas ruinas y un sinfín de tragedias. Y del beso de uno de los cuadros más famosos del pintor austriaco Gustav Klimt.
Me arriesgo:
Hombre y mujer están ante un precipicio y les salva el beso porque de ahí saldrán para entenderse y conseguir una convivencia amorosa y pacífica. Eso debe esperarse de ese abrazo y ese beso que están rozando la eternidad.
¿Cómo conseguir que esas ruinas se conviertan en lo que siempre fueron antes de ser ruinas, a eso están llamadas de nuevo, y sean espacios de convivencia pacífica y lugares para el abrazo, la fiesta, el trabajo feliz y el progreso de todo un pueblo?
El mundo tiene que volcarse para que ello sea posible, ya está tardando en ponerse en marcha y hacer los deberes más elementales de pura justicia para detener esa guerra, como todas, cruel y absurda. Porque es el beso y el abrazo los que nos salvan.

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