viernes, 25 de septiembre de 2015

¿HABRÁ CHOQUE DE TRENES? O LA FUERZA DEL CÍRCULO



De seguir como la estampa de arriba indica, con toda seguridad habría choque de trenes, es lo que sucedería, si Dios no lo impide, y ya sabemos que en estas cosas no se mete. ¿Chocarían y, puestos, habrá choque de trenes en la política española? Juan Goytisolo hablaba, ayer mismo, de un choque de trenes entre el inmovilismo y la locura esencialista.
Ovejas y lobo terminarían con los morros chorreando sangre, malheridos, empobrecidos y hechos un guiñapo. Menos mal que los animales son inteligentes, pueden llegar a dialogar entre sí, no hace falta que hablen, conocen otros signos de comunicación, a veces, menos letales que las palabras. Solo les ha hecho falta, no ir de frente, para qué las descalificaciones y toda confrontación, sino utilizar la fuerza del círculo, la rueda, ¿no fue la rueda un invento prodigioso para el avance y el progreso?, la piña, otras maneras, avergonzar las ínfulas del adversario, su mal rollo, su instinto no domesticado y la fiereza que lleva dentro, dejar de creer más en la visceralidad sin argumentos que en los argumentos de la razón, abandonar las ideas fijas e inmutables y la defensa a muerte de la nada o lo abstracto, frente al lobo que tiene hambre o las ovejas que quieren seguridad y que nadie las moleste y las agreda..., y todo para que uno de los contrincantes, el más engreído y petulante se venga abajo, dé el brazo a torcer y sea capaz de no montar más cirios, más sangre o en lugar de seguir comiendo sin descanso y no preocuparse de la propia vida y menos de las demás compañeras buscar salidas grupales de elemental saber y entender en las que la unión les ayude a salir victoriosas.
Al final el lobo se viene abajo, no tenía más opciones que o buscarse la vida lejos del rebaño o dentro, dependiendo de sus preferencias, o ajustarse a las normas elaboradas en armonía y elemental entendimiento por todos, y gracias a la inteligencia y el buen hacer de las ovejas, sin desentenderse de lo que les venía encima si no tomaban las medidas necesarias, lograron cambiar el rumbo de la selva, la modorra y el individualismo más estéril. Venció la rueda, el círculo bien hecho, la piña, la lucidez, la pacífica convivencia.
Puestos a soñar, por qué no, faltaría una última secuencia, el lobo dejando el centro y siendo uno más con las ovejas. Ya lo anunció el profeta bíblico: “las espadas se convertirán en rejas de arado, el lobo y el cordero pacerán juntos y el león comerá paja como el buey”.
Y colorín colorao esto es lo que me dio de sí, esta viñeta en cuestión, curiosa y original, pero, a buen seguro, a ti, amigo lector, se te ocurren otras divagaciones.
Ah, y pase lo que pase este domingo, nos merecemos otros políticos. Y pase lo que pase, la única salida será buscar una salida, como dice Iñaqui Gabilondo.
Hablando, dialogando, razonando, gobernando, usando la fuerza del círculo y eliminando los choques de trenes.

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