lunes, 21 de septiembre de 2015

LAS MIRADAS NOS DELATAN




Ay, esa mirada de la inmensa actriz Sofía Loren, cómo la delata. Quien ha sido una de las más grandes y con un cuerpo de excepción pareciera decirnos con sus ojos que no tenía lo bastante, y estuviera deseando mucho más ante el paisaje que tiene delante, ese exuberante y vertiginoso escote, a no ser que esté pensando que es demasiado el destape y descoco que su vecina y colega, Jayne Mansfield, se atreve a lucir.
Sofía Loren que tenía desparpajo por arrobas, aunque yo no la crea en absoluto, dio su versión de los hechos, quiero decir de su mirada:
"Mira la foto, dijo a la periodista que quiso indagar en su mirada. ¿Dónde están mis ojos? Estoy mirando fijamente a sus pezones porque tengo miedo de que fueran a caer en mi plato. En mi rostro se puede apreciar el miedo. Tengo mucho miedo de que todo en aquel vestido fuera a caer -¡booom!- y derramarse sobre la mesa".
Que no, que no me lo creo, me dicen mucho más sus ojos que su versión del asunto. ¿O no?
Y es que nuestras miradas nos delatan. Si prefieres te lo digo en verso, no exageradamente pulido, de un poema que hice hace algún tiempo dedicado a las miradas:
Existen miradas que encienden pasiones,
incendian emociones,
apagan rastrojos,
desgarran el viento,
coquetean en la antesala del amor,
hablan sin palabras,
envían mensajes cual palomas mensajeras
o tigres airados…,
…miradas opacas,
miradas luminosas,
miradas para el romance de los abrazos
y el océano de los besos…
miradas que piden limosna
a los ojos millonarios de grandeza
y miradas que reparten lluvia de primavera
en todo tiempo y territorio…

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