lunes, 27 de abril de 2015

CUATRO RUTAS A LA VEZ Y NO ESTAR LOCO


Lo paso mal cuando noto que el caudal de la inspiración se adelgaza en exceso o amenaza sequía, así que cuando se abren varios frentes a la vez ando por la vida la mar de feliz y contento. Perdonad que saque mis vísceras al sol, será una excepción. Aunque lo cuento por si le viene bien a alguien más esta estrategia que potencia la creatividad. Porque a poco que tengas los sentidos a punto siempre será más fácil de captar algo de interés para tus graneros particulares.
Dejé atrás la serie de A la sombra de los mejores, con 70 sombras-70 artículos, y le puse punto final, a pesar de no llevarme nada bien con el punto final, sino con el punto y aparte y los puntos suspensivos. Por cierto, está a punto de publicar un libro Ángel Gabilondo, el filósofo, de nuevo metido en política, con el título Puntos suspensivos, que iré por él en cuanto salga. Es un hombre de puntos suspensivos, por eso le admiro y tengo por maestro.
Y ahora me encuentro con tres series a la vez, o cuatro mejor dicho: Una a punto de dar cierre, aunque sigue coleando, Están pidiendo, al menos, una palabra, o cómo ponerle música de fondo a algunas buenas imágenes. Imagen y palabra, aunadas, hermanadas. Cada palabra bien dicha puede contener diez mil imágenes y cada buena imagen requerir la luz de alguna palabra que si es certera la enriquecerá.
Otra: Y ven conmigo a buscarla, un poco a la contra, para abrir el apetito que nos lleve al debate, a la búsqueda de la verdad, ya lo sabes:
¿Tú verdad? no, la verdad;
y ven conmigo a buscarla.
La tuya guárdatela.
Sólo así nacerán nuevas verdades, hermosamente trabajadas entre tú y yo y entre muchos más que los dos.
Una tercera, muy reciente: Harto-harto de tanto espanto en el mediterráneo y de tamaña corrupción y avaricia enfermiza en nuestro país, me esfuerzo en ver El lado bueno de la vida, para con Benedetti: “Si cada hora viene con su muerte / si el tiempo es una cueva de ladrones...”, poder decir que, a pesar de la que está cayendo, siempre podemos seguir cantando porque suena el río, por el niño, porque el grito no es bastante y porque somos militantes de la vida. Y porque cuando sucede algún acontecimiento desagradable o desgarrador no podemos elevar el caso a categoría, porque a ese suceso luctuoso, que es uno, se le puede contrarrestar con millones de hechos de normalidad y convivencia sana y pacífica. Esta mañana daban más miedo los comentarios que oía de gente adulta en el gimnasio ante un hecho lamentable de un alumno de trece años contra un profesor que casi el hecho en sí.
Y no hay tres sin cuatro: La cuarta son todos los temas que te vienen de regalo traídos en brazos de la actualidad a poco que tengas como decía arriba los sentidos a flor de piel. Así saltan los temas, como cuando los peces pican en el anzuelo por docenas, y si estás atento la inspiración siempre llega si no es por un flanco es por el opuesto o el de al lado ya que las correspondencias surgen con cierta facilidad.
Si me quieres ver feliz, descúbreme en esta dichosa encrucijada en donde se dan cita una u otra serie no sé si para colmar la paciencia de mis lectores o para apagar mi sed. Nunca se sabe. Y si seguís estando ahí, queridos amigos, mis entrañables amigas, os estaré muy agradecido. Aguantad un pelín más.

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