miércoles, 8 de abril de 2015

CALLAR Y OBEDECER




A bote pronto.
¡Santo Dios! ¿No tenía a mano otro lema mejor, y menos retrógrado, casposo y antiguo: “Rajoy ha hablado, ahora los demás a callarnos y obedecer”, Agustín Conde, portavoz del PP en el Congreso y 'hombre' de Cospedal?
Callar y obedecer. O lo que es lo mismo: “llegó el comandante y mandó a parar”.
El verbo callar, solo se les dice a las piedras, que ya de suyo están bien calladas y mantienen el tipo para lo que fueron hechas. Pero decirles a los de su partido que se callen, no la píen, no digan esta boca es mía y mía la palabra libre, es muy peligroso, porque ya los veo a todos, mañana, tarde y noche, con el slogan infeliz frotándonoslo por las narices como si de un rebaño de ovejas modorras y bueyes mansos se tratara. Ya los estoy oyendo y viendo venir. ¡Válgame Dios!
El verbo obedecer lo practiqué en los años de la dictadura más dura, el nacionalcatolicismo más rancio, más los doce años, 12, de seminario en casi su totalidad tridentino. Pero enseguida me tropecé con una frase feliz del escritor francés, Jean Cocteau: Qué sería de los niños sin la desobediencia, que me curó para siempre y que no me canso de citar, y que en este momento amplío el escenario y pregunto e interpelo, de modo retórico, como el escritor, que lo tenía muy claro: Qué sería de una sociedad que como norma primera y principal es la de obedecer y no la de poner en tela de juicio a tantos mandarines como nos salen de entre las piedras con sus propuestas, leyes, mandatos, recortes, mentiras, errores, corruptelas y un sinfín de trivialidades y mediocridades.
... Y se hizo el silencio... sepulcral, pero eso sí, sonaron los aplausos y las sonrisas a mandíbula batiente y disimulada. Y aunque parezca mentira, que no lo parece, sucede en más partidos. Una pena.
Pero no hay otro camino: frente a callar, hablar, disentir, debatir.
Frente a obedecer, la desobediencia activa a todo desorden, toda injusticia, toda inmoralidad y tanto tejemaneje. ¿O no?

2 comentarios:

Isabel hermosell Corrales dijo...

Pues, sí, querido Ángel, que no nos callen, que no nos conviertan en sumisos, que no nos paralicen.
"...Hablar, disentir, debatir, desobediencia activa a todo desorden, toda injusticia, toda inmoralidad y tanto tejemaneje. ¿O no?"
Pues sí.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias, Isabel, un abrazo.