"No se puede llorar
crónicamente sobre lo mismo...cuando te hacen daño y te duele. Es bueno
llorar, porque te alivia el alma y el corazón..., pero ese llanto no
puede durar...se ha de superar... y seguir con la vida". Teresa Mollá
Exacto, como el luto. A las lágrimas hay que darles un tiempo, pero ni
un segundo más, porque dañan lo mejor del ser humano después de la
compasión: el coraje de seguir viviendo con pasión, ilusión y
esperanzados contra toda desesperanza y
nihilismo, y no porque no terminemos en nada que así será, pero que
nadie insista en ello con exceso, porque ya lo sabemos, y mientras vamos
estando, que la brizna de hierba que somos crezca y refulja a los rayos
del sol con toda la belleza y el empuje que sea menester.
Es bueno
llorar, naturalmente, y guardar luto por un tiempo no exageradamente
largo, pero cuanto antes hay que apuntarse en la cola de la vida que
espera como leona en celo y no permite que por más tiempo estemos en
otros planetas porque es éste el que nos ha tocado en suerte y puesto
que la vida es breve apurarla hasta el fondo es derecho y deber y la
construcción de este planeta siempre es tarea que urge, sobre todo
cuando hablamos de hacerlo más humano, igualitario y digno de ser
habitado. “Cuando pierdes un hijo, debes celebrar su vida. No puedes
usar el dolor como escudo. Hay que celebrar su memoria, su presencia
entre nosotros”. Eleonor Coppola. Pues eso: celebrar su memoria y que la
vida siga pudiendo apurarla hasta el fondo.
martes, 24 de marzo de 2015
LÁS LÁGRIMAS DEBEN DURAR UN TIEMPO
Publicado por ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ en 15:28
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