martes, 10 de marzo de 2015

¿A QUIÉN VOTAMOS?


Capto, leyendo un artículo de mi admirada Rosa Montero, una idea al vuelo, a partir de un hecho que constata en la actualidad, el resurgimiento de los vicios políticos de siempre: “La vieja, intolerante e irracional tentación de hacerse de un partido, como quien se hace forofo del Atleti o del Barça, abandonando todo principio crítico y convirtiéndose en ultrasur en vez de votante”. Ay, miedo me da, cuando en momentos calientes nos dejamos llevar por las vísceras, y así algunos son capaces de votar hasta la pena de muerte, y otros, sin pensárselo dos veces se arriman al sol que más calienta alentando todas las huestes de sus demonios familiares y votando al que le cae más simpático. Unos y otros dejando atrás colgado de la mochila lo más valioso que nos hizo diferenciarnos de los aullidos de la selva, como es el juicio crítico y el razonamiento ponderado ante todo lo que se mueve en mil direcciones aunque parezca que todos son lo mismo con distintos collares, cayendo en los mismos vicios y corruptelas que condenan con pasión y hasta delirio, pero no es verdad que todos sean la misma cosa.
Todo viene a cuento porque, como en otras tantas ocasiones, muchos lo tenemos más complicado, nos lo ponen más complicado, todos los partidos, casi sin excepción, porque en lugar de contarnos sus programas y sus propuestas bien concretas, sin gritar, se entretienen, se embadurnan en hablar de los otros de malas formas, tratando de degollar, si pudieran, al que con los mismos derechos se presenta a unas elecciones democráticas de un país que quiere ir por la senda que todos nos hemos dado.
Te lo digo y me lo digo a mí mismo: primero, crítico contigo mismo, los tuyos y los de ese partido al que votas. Segundo, nunca te comportes como un nuevo converso que lo primero que se le ocurre es quemar al hereje o al de otro bando. Tercero, no pongas a parir a los que no votan al partido que tú has elegido por los pelos. Y cuarto, nunca hagas ni digas lo que el presidente del gobierno, Sr. Rajoy, en el último Estado de la Nación: “No vuelva usted aquí a hacer y decir nada. Ha sido patético”, porque eso es faltar gravemente al líder de la oposición y a todos los españoles. Vergonzoso.
Dicho lo cual: que no sé a quién votar al día de hoy. Pero votaré. Al menos, a los que menos me repugnen.

2 comentarios:

Luis del Pozo dijo...

Hola Ángel, de acuerdo contigo , la oferta es tan amplia y variada que los que venimos de la época del racionamiento, con una sola marca para cada producto no sabemos qué hacer.
En las nuevas panaderías con tanta oferta: trigo, centeno, integrales, con semillas, etc, me pasa lo mismo, pero uno se arriesga y probando, y probando, termina encontrando el pan que más le va, y si después encuentra uno mejor, pues cambia.
Con el debido respeto, y cambiando el registro, te añado:
El camino para eliminar el pan corrupto es largo. Se trata de recuperar la sabiduría colectiva, esencia de la democracia. Y eso conlleva en términos sociales. (1) diversidad de opinión; (2) Independencia y libertad individual (3) descentralizar los medios y las decisiones y (4) un buen método para agregar las opiniones individuales La diversidad enriquece la información. La independencia mantiene al ciudadano alerta respecto al líder de turno.
Un fuerte abrazo

Luis

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias Luis, cierto que los que venimos del racionamiento celebramos que la ofeta sea amplia. Contigo sería fácil la elección. Pero tendré en cuenta tus lecciones de político honesto y ya veremos, pero votar, votaré, sin miedo a cambiar si me defraudan. Hay que estar vigilantes y siempre alerta.
Un abrazo