INSÓLITA CARTA DE AMOR

Estaba ya terminando de escribir la carta que siempre hubiera querido escribir y nunca lo hizo. Así que no esperó a la noche y dejó que mientras la firmaba la leyera allí, para qué esperar si había estado haciéndolo muchos años. Era el mejor momento cuando la tinta todavía estaba caliente y de alguna forma le había pillado in fraganti.
Éste era el comienzo:

Cariño: A las dos horas de conocerte, y ya han pasado doce años, tres meses y dieciocho días, quise decirte algo importante que he seguido rumiando desde entonces, pero no he podido. Hoy te lo voy a contar todo sin quedarme nada dentro, y te lo voy a decir por escrito porque me será más fácil... y ante todo decirte que te quiero, que te que he querido siempre, infinitamente más que a mí mismo...
Continuó leyendo los tres largos y apretados folios de aquella insólita carta de amor, pero no seré yo quien desvele más de esas cinco primeras líneas.
Cada lector tiene el derecho supremo de imaginarse la historia que crea más verosímil.