lunes, 23 de junio de 2014

PERDERSE ENTRE LA MUCHEDUMBRE XLV



“Vivir es incorporarse a lo que está pasando”.
Daniel Innerarity

Lo bueno de subrayar los libros, entre otras cosas, es que cuando los relees te salen rápidamente al encuentro algunas perlas de las que disfrutaste detenidamente y vuelves a sentir lo mismo y admirar nuevamente. Esta tarde echando un vistazo de nuevo al libro de Daniel Innerarity, Ética de la hospitalidad, he redescubierto ésta: “Vivir es incorporarse a lo que está pasando”.
El filósofo y escritor Levinas ha sentenciado esta condición al afirmar que “es imposible un instante virgen... Cuando irrumpimos en un campo semántico que creemos inaugurar descubrimos en él la algarabía de los lugares comunes. Buena parte de lo que sabemos se lo debemos a otros y cada vez en mayor proporción”. Ya decía Nietzsche que “lo mejor de nosotros tal vez sea heredado de sensaciones de tiempos anteriores; el sol ya se está poniendo, pero el cielo de nuestra vida calienta e ilumina aún gracias a él, aunque ya no lo veamos”. Y Voltaire: “Nosotros hemos llegado tarde a todo”. Así que nada de sacar pecho, siempre me ha hecho gracia, cuando alguien dice sin que se le caiga un pelo de las pestañas: yo tengo mi teoría al respecto, y no se da cuenta el personajillo, quién no es un personajillo, de que ha caído de bruces en el lugar más común que imaginarse pueda. Pero así somos, creemos haber encontrado, nosotros solitos y únicamente nosotros, la piedra filosofal y ya estaba descubierta en tiempos de los sumerios.


No hay nada más hermoso como (en todo tiempo y lugar) saber incorporarse a lo que está pasando, que no es otra cosa sino perderse entre la muchedumbre y dejarse llevar por la corriente de los mejores. Mejor que nadie lo cantó Vicente Aleixandre en un espléndido poema, titulado, En la plaza: 


Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.


Sin otro empeño que tratar de que el sonido de cada cual se mezcle tan maravillosamente bien que suene única y total la melodía, dejándose llevar por la batuta del director que marca el ritmo de cada compás y le da unidad a la obra.


Lo que no quiere decir, como he dicho de una y mil maneras, que no haya nada nuevo bajo el sol, porque el sol brilla para todos, pero a cada cual le alienta y da calor de modo diferente y cada mañana es distinta y nueva para el que se viste de fiesta, es decir, con la pasión que le da a las cosas un nuevo color y un sabor casi virgen a cuanto se va haciendo y, siguiendo el ejemplo de la orquesta, hacerlo de tal manera que si tienes que hacer un solo des la nota de forma única y original consciente de que tiene pleno sentido en medio de la melodía.

“El hecho de que nuestra muerte llegue tan pronto fortalece nuestro pasado. Por eso no podemos producir mucha novedad sin mantener muchas cosas viejas”. Daniel Innerarity

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