“Vivir es incorporarse a lo que está pasando”.
Daniel Innerarity
Lo bueno de subrayar los libros, entre otras cosas, es que cuando los
relees te salen rápidamente al encuentro algunas perlas de las que
disfrutaste detenidamente y vuelves a sentir lo mismo y admirar
nuevamente. Esta tarde echando un vistazo de nuevo al libro de Daniel
Innerarity, Ética de la hospitalidad, he redescubierto ésta: “Vivir es incorporarse a lo que está pasando”.
El filósofo y escritor Levinas ha sentenciado esta condición al afirmar
que “es imposible un instante virgen... Cuando irrumpimos en un campo
semántico que creemos inaugurar descubrimos en él la algarabía de los
lugares comunes. Buena parte de lo que sabemos se lo debemos a otros y
cada vez en mayor proporción”. Ya decía Nietzsche que “lo mejor de
nosotros tal vez sea heredado de sensaciones de tiempos anteriores; el
sol ya se está poniendo, pero el cielo de nuestra vida calienta e
ilumina aún gracias a él, aunque ya no lo veamos”. Y Voltaire: “Nosotros
hemos llegado tarde a todo”. Así que nada de sacar pecho, siempre me ha
hecho gracia, cuando alguien dice sin que se le caiga un pelo de las
pestañas: yo tengo mi teoría al respecto, y no se da cuenta el
personajillo, quién no es un personajillo, de que ha caído de bruces en
el lugar más común que imaginarse pueda. Pero así somos, creemos haber
encontrado, nosotros solitos y únicamente nosotros, la piedra filosofal y
ya estaba descubierta en tiempos de los sumerios.
No hay nada más
hermoso como (en todo tiempo y lugar) saber incorporarse a lo que está
pasando, que no es otra cosa sino perderse entre la muchedumbre y
dejarse llevar por la corriente de los mejores. Mejor que nadie lo cantó
Vicente Aleixandre en un espléndido poema, titulado, En la plaza:
Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.
Sin otro empeño que tratar de que el sonido de cada cual se mezcle tan
maravillosamente bien que suene única y total la melodía, dejándose
llevar por la batuta del director que marca el ritmo de cada compás y le
da unidad a la obra.
Lo que no quiere decir, como he dicho de una y
mil maneras, que no haya nada nuevo bajo el sol, porque el sol brilla
para todos, pero a cada cual le alienta y da calor de modo diferente y
cada mañana es distinta y nueva para el que se viste de fiesta, es
decir, con la pasión que le da a las cosas un nuevo color y un sabor
casi virgen a cuanto se va haciendo y, siguiendo el ejemplo de la
orquesta, hacerlo de tal manera que si tienes que hacer un solo des la
nota de forma única y original consciente de que tiene pleno sentido en
medio de la melodía.
“El hecho de que nuestra muerte llegue tan
pronto fortalece nuestro pasado. Por eso no podemos producir mucha
novedad sin mantener muchas cosas viejas”. Daniel Innerarity
lunes, 23 de junio de 2014
PERDERSE ENTRE LA MUCHEDUMBRE XLV
Publicado por ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ en 14:16
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