miércoles, 12 de febrero de 2014

A LA SOMBRA DE LOS MEJORES XXVII




NOS IMPORTAN UN PITO

“Me importáis un pito”.
Iñaqui Gabilondo

Sí, eso dijo, Iñaqui Gabilondo, en las mañanas de la SER y después en su blog: “Me importáis un pito”, y mientras lo iba oyendo notaba que se me helaba la sangre, porque nunca había visto a Iñaqui tan duro, tan irónico, sarcástico, más bien, y tan necesario, y además de anotar “me gusta” le di las gracias, qué menos. Y ¡ojo! porque se dirigía, a quienes llamaba amigos, a los que participarían ese día contra la pobreza en el día de la misma.
Ésta es la verdad, si nos quitamos la careta de hipócritas que se nos ha puesto por bandera.
Porque lo grave, y ya es grave vivir en la pobreza, en este mundo, en este país desdibujado, -tres millones de familias desnutridas, como informa Cáritas-, en el que están siendo estranguladas las clases medias, en el que los que tienen más van teniendo mucho más aquí y allá, quiero decir de mala manera en países fiscales, -es la recuperación de los ricos, como sostiene el economista Joaquín Estefanía, y los que tienen poco, cada día tienen menos, y me da que no lo arregla ni Dios... Habrá que leer el libro recomendado por Enrique Gil Calvo: “Repensar la justicia social” de Francois Dubet.
Lo más grave es:
que hay cuerda para rato, por mucho que nos canten baladas para adormecer doncellas con  los brotes verdes y la luz al final de este túnel que han construido otros,
que con la calderilla (caridad) que les damos a los que no tienen nada, nunca se va a solucionar nada, ni siquiera para lavar la conciencia, por muy laxa que la tengamos,
que los gobernantes ni gobiernan ni gestionan haciendo lo más importante y esencial: que la tarta se reparta mejor y llegue para todos, y si no logran algo en este sentido que lo dejen ya y permitan pasar a otros menos corruptos, más inteligentes, mejor preparados, más cualificados en humanismo, honestidad, coraje y manos limpias.
Y es que ya va siendo hora de repartir no sólo riqueza, sino también horas de trabajo, porque no sólo de pan viven el hombre y la mujer, también de un trabajo que llevarse a la boca y al alma y, si lo tienes, no quieras antes de tiempo jubilarte, que hay que levantar España ¡coño!, y si no te gusta la palabra España, qué más da, tu tierra, tu país, porque de ir al grano se trata y no cantarle milongas a la luna en debates de barra de bar y tertulia televisiva: según Eurostat, España es el país más desigual de Europa,
y es que hay que tener el valor de decir hacia adentro, hasta que se nos congele la sangre o, mejor, nos hierba: nos importan un pito y se nos caiga la cara de vergüenza por los siglos de los siglos.
Porque ésta es la verdad: nos importan un pito.
Gracias, Iñaqui Gabilondo, por tu magnífica sombra de hoy y de siempre.

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