miércoles, 29 de enero de 2014

A LA SOMBRA DE LOS MEJORES XXV


SER MAYOR EN EL MOMENTO ACTUAL

La clave de ser mayor:
- Tener activo el cerebro
- Mantener la curiosidad del mundo
- Tener pasiones
- Intentar ayudar a los demás, Rita Levi

Me invitaron y allá me fui con mis papeles a dar una charla a los mayores de los Centros de Día de Valladolid.
Y comencé por lo que me parecía, en la actualidad, más importante:
1.- Que tenemos que conquistar de nuevo la imagen que la sociedad actual nos ha robado, porque para algunos jóvenes, ejecutivos, yupis y periodistas, mal informados, incluidas algunas administraciones, somos la tercera edad, clases pasivas, carrozas y si ya has cumplido los 60 puedes leer algún titular de aquesta guisa: una anciana de 60 años atropellada en la calzada.
2.- Ser mayor hoy, así, a bote pronto, puede asustar por la que está cayendo sobre los jubilados y pensionistas, que después de haber llegado hasta aquí con una pila de años a la espalda, hay que seguir cargando con responsabilidades de todo tipo: el copago (pero ¿cuántas veces hay que pagar?); los novísimos recortes de las pensiones (33.000 millones de euros en apenas 9 años); la carga de los hijos que no acaban de irse, o los que se han ido que están asfixiados con la hipoteca y hay que echarles una mano; y los nietos a quienes no les hace nada la propina porque necesitan mucho más.
No, no es tiempo para la lírica en el sentido de cantar milongas a la luna.
Pero aunque mal, muy mal... y el mal está hecho, no nos conformemos con el refrán un tanto acomodaticio de “no hay mal que por bien no venga”, porque si es mal es mal y hay que rebelarse para salir de él. Y esto nos permite seguir en la brecha, no arrojar la toalla, ser desprendidos y solidarios.
3.- Los invité a una mirada-escucha activa para sabernos situar:
1.- Una mirada-escucha respetuosa a nuestros padres (nuestros antepasados, en general) y la mejor herencia que nos dejaron: sus valores, sus grandes lecciones.
Y puse el ejemplo de mis padres, lo más cercano y entrañable que he tenido en la vida, a modo de ejemplo para llevarlos a los suyos.
2.- Una mirada-escucha atenta a los jóvenes de hoy que nos ayudarán a situarnos en este mundo que se nos puede ir un tanto de la mano.
Podría haber hecho lo mismo con mis dos hijas, pero para no personalizar tanto, preferí que acudieran directamente a mirar a sus hijos y nietos destacando lo mejor de ellos y fijándose en los aspectos más positivos de sus nuevos valores.
3.- Una mirada-escucha a los avances de la ciencia sobre el envejecimiento activo.
Y les conté la fábula de Esopo de “El Anciano y la Muerte”, que vale más que mil discursos.
El resto fue la lección que aprendí hace años, he ido ampliando y en cuanto puedo la suelto, sobre el envejecimiento activo; sobre la belleza y sentido de todas las edades de la vida, al igual que las estaciones del año; que estar haciéndose mayor es preferible a ser mayor, puesto que queda mucho camino que recorrer; y que aún es tiempo de crecer, de amar, de luchar, de disfrutar, de reivindicar, de solidarizarse, de viajar, de apoyar, de seguir activos y comprometidos, de continuar escribiendo más páginas de la propia biografía y, sobre todo, vivirlas... porque “aún hay tiempo”, como repetí hasta la saciedad en mis años al frente del Programa de Personas Mayores de la Provincia de Valladolid. (Y de haber dado la charla hoy, hubiera añadido algunas buenas ideas de Ana Freixás de su reciente libro que estoy leyendo: Tan frescas-las mujeres del siglo XXI; pero ya habrá tiempo de comentar sus hallazgos. Siempre hay que estar aprendiendo)
Y me recreé un pelín más en la idea de estar haciéndome mayor (presente continuo), que indica devenir, como nos enseñó María Moliner en su diccionario, nada está terminado, todo puede comenzar cada mañana, existe aún mucha tela que cortar: desde dar guerra en sentido positivo y crítico a empezar nuevos oficios y aficiones, siempre a un ritmo más humano y menos vertiginoso, más creativo y espontáneo; desde llenar la calle con los más jóvenes con un sentido vivo y reivindicativo, hasta continuar regalando tiempo y sabiduría allí donde tanta falta hace; desde hacer lo de casi siempre hasta arriesgarse con pequeñas y grandes empresas, y no quedarse con las manos sobre manos, y a ejemplo de las grandes mujeres de Saramago y Vargas Llosa, que mientras éstos lo único que saben y sabían es y era escribir, ellas se dedicaban y dedican a mil y una tareas. Pues eso.

No hay comentarios: