skip to main |
skip to sidebar
“Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites la risa”.
Pablo Neruda
No hay peor cara que una cara avinagrada, ni mejor rostro que un rostro
con una sonrisa amplia que resucita a los muertos. No en vano la risa
es uno de los mejores antídotos contra muchos males y la mejor
invitación a entrar en un espacio cálido.
Ampliando el tema (asunto
amoroso de pareja en el poema de Neruda y siguiendo su estela) diríamos
con él que la risa es: rosa, lanza que desgrana, agua, ola de plata,
espada fresca, cascada de espuma, flor azul, rosa de mi patria sonora...
Y allí donde falta la risa casi-casi no hay más que vacío, negra
soledad, hastío y sequedad, pozo oscuro y tierra hollada, mar sin
horizonte, sabor insípido, color ceniza, áspero tacto, sonido ronco,
seco olfato.
El famoso psicólogo estadounidense, Daniel Goleman, da
una explicación científica al viejo dicho: “Cuando sonríes, el mundo
entero sonríe contigo”, porque son las neuronas espejos las que tienen
la función de reproducir las acciones que observamos en los demás y en
imitarlos. Poéticamente se adelantó Neruda y acertó, viniendo a decir
que si ríes, río, y si no ríes me envuelve la tristeza con cierto tinte
de muerte.
Pena me da que los animales no sepan reír, aunque sus caricias y su hambre de piel son como una sonrisa.
“... niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca,
porque me moriría”.
Tu risa, bellísimo poema de Pablo Neruda, que recitábamos, mi compañera
y buena amiga, Mª Ángeles, y yo, en las veladas de los Campamentos de
Personas Mayores, allá por la década de los 90.
2 comentarios:
Precioso pero... cierro los ojos, bajo el volumen hasta hacerlo inaudible y entonces reiré a mandíbula batiente.
Un abrazo
Gracias, Pastor, por ser tan fiel.
Publicar un comentario