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“No puedes detener las olas,
pero puedes aprender a cabalgarlas”. Kabat Zinn
No, no puedes arreglar el mundo, pero puedes adecentar tu calle,
invitar a un café a un casi desconocido, hablar con el que está más solo que la
una, apretar la mano al que está tristón y se le ve con frío, y ya de paso puedes
pasar lista a las obras de misericordia, que no están nada mal para mejorar
este cochino y áspero mundo.
No puedes subir a la luna, pero puedes contemplarla y admirar la
dulzura de la noche.
No puedes conquistarlo todo, pero me quieres decir, en el caso de
que pudieras, ¿qué harías después?
No puedes detener la corrupción, pero bastante es que no se te
ocurra votar a los que andan envueltos en ella.
No puedes detener la muerte, pero puedes reírte de ella hasta un
segundo antes de que llegue.
No puedes detener el cáncer, pero puedes aprender a mantener el
tipo con entereza y dignidad.
No puedes sembrar el cielo
de estrellas, pero puedes incendiar la noche de bellos sueños y buenos
proyectos.
No puedes detener la información
que nos invade y manipula, pero puedes dejar que anide en tu mente lo que más te
apetezca.
3 comentarios:
Nunca seré capaz de escribir otro Quijote –me faltan muchas piezas- pero, mientras aliente, no dejaré de sumarle letras a mi teclado. Porque creo que no debo cruzarme de brazos lamentando mis desdichas.
Un abrazo.
No, no te cruces nunca de brazos, Gaude, y escribe, que lo haces de maravilla y es un placer leerte.
Cuan grande y bello sería todo si sólo lo mirásemos con los ojos del corazón.
Gracias Ángel.
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