jueves, 15 de agosto de 2013

DE TEMPLOS, LADRONES, CORRUPTOS Y DEMOCRACIAS




Es bien conocida la escena. Subía Jesús a Jerusalén y el entrar en el templo vio cómo mercaderes y cambistas hacían sus negocios en el lugar más inadecuado. Aquello no le gustó y con las primeras cuerdas que encontró hizo un látigo que usó para expulsarlos a todos: “Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores... Y les enseñaba: «¿Acaso no está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las naciones? Pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones».
Esta noche me he despertado y me pareció estar soñando con esta escena. Poco después ya no sabía si seguía soñando, estaba en duermevela o totalmente despierto dándole vueltas a  la escena y la situación actual que nos invade, nos martiriza y nos indigna.
Y no seré yo quien sostenga que la democracia es una cueva de ladrones, porque lo otro es mucho peor, pero la verdad verdadera es que, llamémoslo situación actual, nada desmerece, incluso lo empeora, del escenario con el que se encontró Jesús de Nazaret. De norte a sur y de este a oeste, más o menos, pero más que menos, tanto en la política, como en la banca y en la empresa, nos encontramos con algunas cuevas ¿de ladrones? que sería necesario expulsar del templo laico y obligarlos a estar entre rejas hasta que devuelvan hasta el último céntimo robado, y quien se lo llevó de muy malas maneras, aun en el caso de que no fuera delito, igualmente que lo devuelva y que se aleje lo más posible de la política y el dinero de muchos.
En un reciente escrito el catedrático de historia contemporánea, Julian Casanova, nos recuerda cómo en la Restauración, finales del XIX y comienzos del XX, ya Costa habló del binomio oligarquía y caciquismo que se generalizaría durante la dictadura de Franco “haciendo de España su particular cortijo”. Más aún, apunta el historiador de la Universidad de Zaragoza, “lo que ocurre en la actualidad convierte en minucia a las corruptelas del pasado” y así asistimos entre la indignación y la impotencia “al hecho de que la democracia actual, lejos de liquidar esa práctica, la haya agrandado” y la corrupción campa por sus fueros al servicio del más sinvergüenza.

Notas no tan al margen:
1.- No es de  recibo que Mariano Rajoy en su comparecencia en el Congreso nos diga que no va a dimitir porque no se siente culpable, pues aun cuando no lo sea jurídicamente lo es políticamente, porque es el responsable de elegir a Bárcenas, y durante 20 años de fechorías (lo dicen ya ellos mismos) mirar para otro lado y haberlo tratado como lo ha hecho hasta hace solamente unos meses. La única salida es irse a su casa (lo mismo que otros líderes y no tan líderes) y dejar el templo de la democracia a salvo de chorizos, chupópteros, corruptos... y de quienes teniendo que actuar no lo hacen.
2.- El Doctor Owen, que fue ministro de Asuntos Exteriores y de Sanidad del Gobierno Británico, ha estudiado en profundidad el cerebro humano y habla con evidente conocimiento de causa del que define como "síndrome de hybris", un "desorden de personalidad" que consiste en el paulatino aislamiento de los poderosos, más intenso cuanto más poder ostentan, que les lleva a un cambio de carácter y hasta de personalidad. Cita del periodista Juan Ramón Lucas, quien sigue comentando refiriéndose a Rajoy: “Se tornan arrogantes, insensibles, sordos a críticas o correcciones, no aceptan los fracasos, pierden el sentido de la realidad y se alejan de los ciudadanos hasta despreciar los estados de opinión pública cuando les son adversos”. Fin de la cita.
3.-  Tiene gracia, mucha gracia, que Cascos, Arenas y Cospedal no recuerden apenas nada y que no le conste casi nada. Tiene gracia, mucha gracia.

Pues eso. Pero si quieres podemos hablar de Gibraltar para jugar al despiste y marear la perdiz.

1 comentario:

El pastor de... dijo...

Primera parte: ¿Qué le pasó a Jesús (Garzón) por expulsar (intentarlo) a los mercaderes del templo (gürtel)? Pues eso.
Segunda parte: ¿creen ustedes que descubrir a un delincuente después de 20 años de convivencia no tiene su mérito? Pues ya está, ¿encima queréis decir que Rajoy debe sentirse culpable? Eso sólo se les ocurre a los de las entendederas muy disminuidas, o sea… a mí, que es como me ven esta cuadrilla de… que cada uno ponga el calificativo correspondiente.
Para los de buena voluntad un abrazo. Ah, y sigamos el día a día con el tema Gibraltar que, después de trescientos años esta es la hora justa