viernes, 26 de julio de 2013

¡BÁRCENAS!, ¿SÓLO? ¡NO CUELA!




 Y Hitler (por decir el nombre de un solo dictador) ¿sólo él pudo hacer tanto daño, y sólo él el autor del mayor de los genocidios? Permítaseme la comparación aun a siglos de distancia en todos los órdenes, pero puede servirnos.
Mucho antes..., ya lo dijo Bertolt Brecht en un poema sublime:
 El joven Alejandro conquistó la India.  /  ¿El sólo?  /  César venció a los galos.  /  ¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?  /  Felipe II lloró al hundirse  /  su flota. ¿No lloró nadie más?  ...
Dejemos la historia y vayamos al presente, que un día será historia para no dormir y nos dará vergüenza de haber soportado tanta miseria, tanta banalidad, tanta corrupción. Y el presente es Bárcenas y todos sus alrededores.
Porque los SMS entre Bárcenas y Rajoy ¿sólo son condescendencias de buena educación limpias de connivencia?
Porque, ¿cómo es posible que quienes lanzaron a todos los vientos las alabanzas más elevadas callen, unos, como putas y, otros, pasen a llamarle, por lo más bajo, delincuente, si es de los suyos tanto como el que más, porque estuvo en un puesto clave de gran responsabilidad en un mundo en el que sin  dinero somos menos que nadie.
Porque, ¿dónde están Cascos, Acebes, Arenas, Aznar, Rajoy, Cospedal, Mato y un larguísimo etcétera para dar explicaciones a tumba abierta?
Que no, que no cuela, que nadie puede  (ni el inefable director de LA RAZÓN, la voz de su amo, Marhuenda, para más señas, más tertulianos del ABC) quedarse tranquilo, y a otra cosa, lanzando toda una larguísima serie de vituperios y exabruptos que se le vengan a la boca contra Bárcenas y a pasar página de la forma más hipócrita que los siglos conocieran. Que no, que no vale.

Cada página una victoria.  /  ¿Quién cocinó el banquete de la victoria?  /  Cada diez años un gran hombre.  /  ¿Quién pagó los gastos?  /  Tantas historias.  /  Tantas preguntas.
¿Quién pagó? ¿No tienen nombre y apellidos los empresarios que pagaron? ¿De dónde salió tanto dinero? ¿Y a cambio de qué? ¿De nada? ¡Venga ya! ¿Quién pagó los gastos?, decía el poeta. ¿Quién recibió sobresueldos en medio de una crisis galopante que ha llegado a producir seis millones de parados? ¿Qué pensarán estos seis millones? ¿Qué piensan? ¿Qué pensarán sus hijos y los hijos de sus hijos?
¿Bárcenas sólo? Que no, que no cuela.
Así que pasen lista, señores del jurado, pasen lista y que nadie salga con los manos en los bolsillos y silbando a la luna.
Así que tomemos nota, ciudadanos de a pie, para que nadie nos tome nunca más por imbéciles, porque esta broma nos está saliendo cara: la corrupción nos pisa los talones y puede envolvernos.
Ah, y copiar la mirada joven del historiador Josep Quintana, no tan joven, que acaba de publicar El futuro es un país extraño, y dice que si mira a su alrededor lo que ve más estimulante son los movimientos de base, “porque implican toma de conciencia. Son gente que experimenta la degradación de sus condiciones y articula una forma de resistencia”, y detecta una extraña situación: los jóvenes van a protestar a la plaza de Cataluña o la Puerta del Sol y los padres votan al PP o a CiU. “¿Qué se pueda esperar de esto? Nada”, añade. Pues eso.
Ah, Sr. Rajoy, no nos interesa su versión sobre el personaje que no se atreve ni a nombrar, nos interesa la verdad. ¡Atrévase de una vez!

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