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Y lo jóvenes comenzaron a despertar apuntando maneras: primero, saliendo a la
calle, indignados de tanta corrupción y
tan poca democracia real; más tarde salvando a cientos de desahuciados
condenados a vivir debajo de algún puente; y ahora rechazando el saludo al
ministro Wert. Por eso me he alegrado, como el poeta y escritor Luis García
Montero, de ese gesto de algunos alumnos excelentes en la entrega de los
Premios Fin de Carrera y digo como el poeta: Estos alumnos han suspendido al ministro de Educación. Ellos se
merecen un sobresaliente.
... Y me alegro
del ejemplo espléndido, porque por ahí hay que empezar también, con capacidad y
decisión valiente de suspender al profesor, al ministro o al mismísimo
presidente del Gobierno, si están para suspender y naturalmente que están por
méritos propios.
... Y es señal
de que las cosas funcionan: Imaginación
al poder, se dijo; la desobediencia,
añado yo, puede resultar una pieza clave en el avance en libertad hacia nuevos
modos, nuevos mundos, más transparentes y justos, más a la medida de todos y no
solo de los que tienen la sartén por el mango y el mango también y aprender, no
solo, a decir NO, como nos ha enseñado la psicología en relación con los niños y adolescentes, sino con todo hijo
de vecino cuando no se comporta con buenos modales y lo hace con malas y
pésimas prácticas.
... Y, aunque
fueron pocos, podían haber sido muchos más de haberse dejado llevar por lo que
les pedía el cuerpo: “De haberlo sabido me hubiera sumado”, “No me atreví y me
arrepiento”, “Fueron doce los que no saludaron, pero el auditorio se caía y los
aplausos no dejaban oír los nombres de los premiados”... porque el ambiente era
de rechazo y de decir NO (para no ser, ni un minuto más, borregos) al ministro
y a su política ideológica sobre la educación al servicio de poderes fácticos.
... Y uno
siente orgullo de no estar de acuerdo con el tratamiento de Televisión Española
y algunos periódicos, escandalizados por la falta de educación de estos
estudiantes cuando la falta grave, gravísima, está en el ministro que quiere
hacer carrera a costa de cargarse una educación pública, plural y justa y, por
eso, precisamente por eso, los estudiantes le han suspendido con un cero
patatero, deseando que se vaya a su casa para dejar de hacer daño, porque ha
demostrado con creces su incapacidad
como demuestran las valoraciones constantes a nivel nacional en donde aparece
en el último lugar de todos los ministros. Suspenso bajo-bajo. A un sujeto así
¿cómo quieren que los estudiantes le den la mano? ¡Por favor, un respeto, si
respetamos la palabra respeto y su hondo significado!
2 comentarios:
Ganas siento de decir algo más, pero sólo diré: yo también soy maleducado, no por ser alumno excelente, sino porque a mis más de setenta no me resigno a ser borrego.
Un abrazo a todos los maleducados ante Wert.
Me pasa lo mismo, querido pastor, y por eso mantenemos joven nuestra rebeldía y nuestra buena educación, que consiste en sacar lo mejor de uno mismo de lo que los mejores dejaron en nosotros.
Un abrazo a todos los bien educados que no se resignaron a ser borregos.
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