Buena la foto, espléndido el mensaje y sobremanera
actual.
Escribía recientemente Manuel Vicent en su columna dominical que en el
monasterio de Kopan en el valle de Katmandú le dijo un Maestro Venerable: si
quieres saber hasta qué punto eres feliz y no lo sabes, cómprate
una libreta y apunta en ella cada noche cinco pequeños
hechos agradables que te hayan sucedido durante el día. El escritor describía
algunos momentos apenas importantes, pero capaces de dejar en cada uno de
nosotros huellas imborrables. (Y nos sirvió para una tarea en el taller de
escritura creativa).
El año ha sido malo y vendrán más similares, porque esta crisis de los
cien mil demonios y mil y pico caras: económica, institucional, cultural,
social, política... sigue y sigue.
Pero hay que respirar: hay vida tras la crisis, debajo de la crisis y
por encima de ella. Sigue existiendo la buena música y la poesía y la amistad y
los bellos atardeceres y la sonrisa de los niños y la ternura de los mayores y
el voluntariado que va a más y el 15M con algunas conquistas muy importantes y
la calle que sigue en pie ante tanto descaro, tanto disparo verbal, tanto
recorte...
Hacer un ejercicio de memoria y recuento del año no es baladí ni
pérdida de tiempo, porque con toda seguridad a lo largo del año nos hemos
topado con personas, momentos y días
verdaderamente inolvidables. Qué menos que dar nombre a esas personas y
dedicarles un recuerdo-tributo-homenaje, desde el silencio de cada cual. Y qué
menos de deleitarnos con algunos de los buenos y gratos momentos, de los días
luminosos y cálidos en el ámbito más bien
del clima interior.
De lo contrario nos morimos en el empeño y habrá que insistir que hay
vida ante, bajo, cabe, con, contra,
de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras... la
crisis, y antes y después y arriba y
abajo.
... Para comenzar el año, nada como poner delante
un folio en blanco, cada noche, y escribir lo que recomendaba el sabio
venerable de Katmandú... como arma arrojadiza contra la crisis y ayudar a salvar los muebles propios y
ajenos.
3 comentarios:
Me voy a permitir, no dar un consejo, ¿quién soy yo para ello? Pero sí una modesta opinión: si queremos ir quitando importancia a la crisis, creo que deberíamos meditar un poco; hubo un tiempo en el que… tampoco fuimos ricos, pero nos gustó creérnoslo, y así nos instalamos en la nube de la que ahora nos cuesta bajar, pero el día que nos aceptemos, tal cual somos, ese día estaremos en condiciones de emprender la difícil tarea de volver a instalar las “gateras” capaces de eliminar tanta rata como a prodigado en los últimos tiempos. De esta manera volveremos a aplicar aquello de…”no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”.
Esto no quiere decir dejar de luchar por mejorar nuestro nivel de vida –si es que puede llamarse así- pero sabiendo que aquello del Maná pues…en fin, dejémoslo así.
Y, desde luego, hay muchos más momentos agradables que de los otros y si no probemos a comprarnos la libreta.
Nos despide el 12 y nos abraza, sí, no me da ningún miedo, el 13.
Ángel, me sumo incondicional a tu comentario. Además, después de 13 meses en paro voy a empezar a trabajar el día 20 de enero.
Lo digo como signo de esperanza.
¡Un año 2013 nuevo para todos, bueno, bonito y barato!
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