Regalo de una amiga que me pidió una
historia
“¿Qué sería de los niños sin la desobediencia?”,
Jean Cocteau
Estaba harto de
obedecer a su hermana mayor, que no hacía más que regañarle porque no podía
estarse quieto y pareciera que tenía el demonio en el cuerpo, hasta que,
llevado por la innata curiosidad, tras un salto del tigre salvaje que llevaba
dentro, se subió a la gatera con la idea de ver otro mundo distinto, no tan
aburrido, oscuro y maloliente.
Y fue una
gozada lo que vino tras la desobediencia, pasa a veces entre los humanos (1):
nunca se sintió tan feliz al ver la claridad del cielo, el fresco olor de la
mañana recién nacida, la gente que iba y venía con prisa a sus asuntos, los
niños con la primera sonrisa y los libros en la mochila, camino del colegio, y
sobre todo ver pasar a una gata, más o menos de su misma edad que lo dejó
hipnotizado por la hermosura de su pelo y una mirada confiada y melancólica. Su
mirada se detuvo en ella y pensó por un instante que no le gustaría nada más en
la vida que hacerse su amigo, para recorrer la calle todas las mañanas, las
tardes y las noches, al tiempo que le recorría por el lomo una culebrilla como
si de una bandada de pájaros cantores se tratara.
Y se quedó así
largo rato hasta que se le entumecieron las patas, volvió a su rincón, pero
jurándose a sí mismo, como agente y testigo, de que volvería y, quién sabe si
no tardando mucho, se iría de largas correrías y aventuras picantes.
... Así que,
como en el relato del joven cangrejo de Rodari, te deseo de todo corazón:
suerte, hermano pequeño, y que la vida te regale felices aventuras.
(1) Con
la obediencia pasa a veces lo que pasa: “Históricamente, las cosas más
terribles (guerra, genocidio, esclavitud) resultaron no de la desobediencia,
sino de la obediencia”, Howard Zinn, historiador.
2 comentarios:
Qué buen punto el (1).
No deberíamos olvidarlo nunca.
Y casi, como respuesta a tu entrada de hoy, acabo de leer esto: http://www.publico.es/espana/204173/el-gobierno-pretende-multar-con-sanciones-de-hasta-10-000-euros-a-quien-de-cobijo-a-un-inmigrante-en-situacion-irregular
Gracias Angel.
La cita es impagable, estoy contigo, Mª Jesús, no deberíamos olvidarlo jamás.
Un abrazo
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