viernes, 31 de agosto de 2012

APRENDER DE LOS ANIMALES 6


              
No tengo muy claro que quien llamó irracionales a los animales estuviera acertado, porque el trato que he tenido con mis dos perras Linka y Luna  me ha demostrado con meridiana claridad que son muy inteligentes, a veces diríase que demasiado listas, siempre tiernas, fieles, cariñosas, agradecidas y han demostrado con creces tener exquisita memoria. Dicho lo cual vayamos a lo que nos ocupa:

Lección de un gato joven (o maneras de salir a la calle sin armarla y sin que te la armen): es elemental la virtud  de la prudencia que muchos humanos han perdido, primero una pata, ya que hay que asegurarse, pues la calle tiene muchos peligros, demasiados deslenguados, violentos de tres al cuarto, maltratadores de perros, gatos, mujeres, hijos y todo lo que se mueva delante de sus ojos que no dancen a su aire macarra y matón... y cuando estés mínimamente seguro sacas la otra, no sea que tengas que volver a la guarida o llamar urgentemente a la policía a la primera de cambio cuando aún hay tiempo, en el caso de que seas mujer. Y es entonces cuando sales a correr la calle, pasear por el barrio, buscar pareja y amigos, arrimarte a quien siempre tiene buenas pulgas, intentar dar calor en meses de frío, una caricia en todo tiempo y lugar y siempre mirando lo que pisas y a quienes vienen con malas artes para protegerte o si se acercan con buenas para protegerlos: mismamente como este gato.

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