Se terminó el
curso y los 21 componentes, la mayoría adultos y alguna persona mayor, 17
mujeres y cuatro hombres, lo hemos celebrado con una merienda en El Cerro de
las Contiendas, porque merecía la pena celebrarlo.
Pero no venía a
hablar de meriendas sino del taller en sí.
De nuevo el
milagro de la creatividad que, en el fondo, es el mismo que el de la creación:
de la nada, un papel en blanco y un humilde boli, pueden salir y han brotado al
son de las palabras bellos textos, hermosas canciones convertidas en haikus,
para quien nunca había oído hablar de los haikus, retratos, narraciones y
descripciones, historias, romances, microrrelatos, diarios, mi primera vez y un
larguísimo etcétera, que seleccionado ha dado de sí un librito-cuaderno de 126
páginas.
La técnica, si
ello es técnica, consiste en creer en el grupo y en cada uno de sus miembros, y
en el método, cálido, cercano, motivador y estimulante, para sacar lo mejor de
cada cual sin competir con nadie, porque de competir, con uno mismo, para dar
lo mejor de sí y ya es bastante.
Desde los
primeros pinitos de alumnos, ávidos de escribir bien o al menos decentemente, a
casi maestros, pero mejor y con seguridad, alumnos aventajados y desde luego
creadores, porque por todos corre la vena de la creatividad, y ya sabemos con
Picasso que la inspiración llega si nos encuentra trabajando.
Y de nuevo
decir y repetir a los cuatro vientos, aunque no sean más que a nuestros cuatro
vientos, y es bastante, que ha sido un gozo no pequeño asomarse desde las
ventanas de cada cual para contemplar los bellos paisajes de los otros,
envueltos en palabras vírgenes, logradas imágenes, espléndidas metáforas y
logrados escritos en definitiva.
Una nueva
cosecha para degustar y paladear.
Podemos estar,
y lo estamos, muy satisfechos de lo conseguido entre todos.
Sirvan como
ejemplo estas perlas de quien no había oído hablar de haikus y les salieron
como a los ángeles:
Brasero rojo
Mi hogar calientas
Con tu rescoldo.
La Primavera
me acaricia siempre
con manos frías.
Hojas
de alfombra
Castañas y
olivares
Sabrosos
frutos.
La enorme nube
de esparto va migando
su
blanco pan.
Nota: Asimismo,
terminamos esta semana el taller de Viana de Cega que, aunque más breve, en
duración, y un grupo más reducido, no ha resultado menos positivo. Enhorabuena
a las seis mujeres de Viana.
2 comentarios:
Vaya mi felicitación para los varones del entorno en el que os reunís para desarrollar estos cursos para personas con ganas de aprender, o ampliar lo aprendido. Digo esto porque, a las pruebas me remito: 17 mujeres y 4 hombres en una parte (deduzco que en la capital). Pero es que lo de Viana es para matrícula de honor para los varones: “mi enhorabuena a las seis mujeres”. Los varones, en Viana, hacen raya.
¿Tengo que entender que el “sexo fuerte” está por encima del nivel de estos cursos? Si esto es así, mi más cordial felicitación a los varones pero… ojo, no sé si en alguna parte lo he leído, para el caso es lo mismo: NO HAY PEOR ANALFABETO QUE AQUEL QUE TODO LO SABE.
Y solo una pregunta: ¿el fruto de vuestros cursos lo vais a editar?
Ahora a disfrutar del estío castellano.
Cómo me gustaría tenerte de alumno y maestro, a la vez!!!
Un abrazo, amigo.
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