domingo, 7 de marzo de 2010

LAS CUNETAS NO SON LUGAR PARA LOS MUERTOS



“No me buscarías si no me hubieras encontrado”, Pascal

¿Un contrasentido? ¿Algo absurdo? ¿Incongruencias verbales? A primera vista esa es la sensación y su lectura inicial da ese resultado, pero por debajo y entre líneas sobre la mentira o la paradoja aparece reluciente y deslumbrante la verdad. Porque no se trata tanto del final feliz por el hallazgo, como del viaje en sí, que cuando se inicia, incluso antes, desde los primeros preparativos, ya se da de alguna manera y muchas veces con mayor intensidad lo que se espera del resultado final del viaje y de la búsqueda. Y a decir verdad nunca nos hubiéramos puesto en marcha si lo esencial de la búsqueda no estuviera en nuestra posesión y guardado con cien cerrojos. Buscamos porque en ello nos va la vida, o es algo importante, o apenas tiene valor, pero nos soluciona la vida doméstica, o le tenemos un afecto especial y por ello merece la pena buscar y seguir buscando. Y en tratándose de personas está mucho más claro aún, y así, cuando las buscamos con toda la pasión y los mayores desvelos, es señal que nunca los hemos perdido del todo y que desde el primer paso de la búsqueda ya se ha dado el encuentro, y precisamente por ese inicial encuentro seguimos buscando.

Es lo que sucede con los familiares de la memoria histórica que, después de 70 años, siguen buscando los restos de quienes fueron asesinados tras la guerra civil y arrojados a las cunetas como si de perros apestados se tratara. Los buscan con uñas y dientes y todos los derechos del mundo que les asiste, porque nunca les han perdido del todo, sólo el olvido ocasionaría la pérdida total, y ellos se niegan a fundirse en el olvido. Siguen buscando y buscando, para que los suyos tengan un lugar decente porque nunca los olvidaron y en este sentido nunca los perdieron.

Tiene sentido, y profundo, la frase de Pascal, aparentemente absurda.
Porque te encontré en mi memoria activa te sigo buscando.
Porque nunca te he olvidado quiero tenerte conmigo y donde siempre debiste estar: ni en lugar de los muertos, ni en las cunetas inmundas, ni en el cementerio del olvido.

10 comentarios:

G.B.G dijo...

Desde este blog quiero dejar una pregunta a los detractores-que desgraciadamente los hay- de que se dé sepultura correcta a los que otros quitaron lo más sagrado: la vida.
¿Si fueran vuestros muertos los buscaríais? Por vuestra actitud debo entender que no. Entonces quiero deciros una cosa: en otro tiempo me hubierais dado miedo, hoy sólo me dais pena.
Dichosos aquellos a los que después de 70 años se los busca; eso es señal de que tuvieron una vida digna de ser recordada.
Y como la vida de los muertos reside en la memoria de los vivos, yo os digo que aquéllos viviran más años que sus verdugos.

Un abrazo

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias por este comentario espléndido que amplia mi texto y lo enriquece. No puedo no estar totalmente de acuerdo.
Un abrazo

Hutch dijo...

¿La memoria histórica sólo afecta a uno de los dos bandos de la contienda española?, ¿los asesinados en Paracuellos no tienen derecho a que se les recuerde o busquen sus restos? Saludos.

Anónimo dijo...

Esto no es un asunto de reproches, sino de justicia, de memoria colectiva, de aprender unos de otros lo que no debiera repetirse. Me parece una frivolidad volver a sacar "Paracuellos", cuando España entera, y más la Castilla más profunda y obtusa, sigue haciendo hueco a las placas por los "caídos". Sus seres queridos han pasado y pasarán toda la vida por delante de una placa que honra su memoria desde la soberbia del que impone. Otros seres queridos, los de los vencidos, no pueden decir lo mismo.

Hutch dijo...

¿5.000 fusilamientos de prisioneros de guerra es una frivolidad? Dígaselo a sus familiares. Para algunos "obtusos" la memoria histórica sólo empieza a partir del 39.

G.B.G dijo...

Querido Angelus: si usted tiene algún antepasado desaparecido al borde de alguna carretera, por amor búsquelo, él tiene, quizás, el derecho y usted la obligación de hacerlo. Pero si usted no quiere, deje que la nieta de la foto siga buscando, con todo el cariño que lo hace, a su abuelo.
Nada diría más en favor de este abuelo que uno de mis nietos, pasados 70 años, visitara mi tumba.
Por otra parte, las guerras creo que siempre las ganan aquellos que más y mejor fusilan.
De todas maneras hagamos lo posible para que los nietos de vencedores y vencidos vayan de la mano.

Reciba usted un fuerte abrazo, con mis dos brazos.

Hutch dijo...

G.B.G.: no me diga, por favor, cuáles son mis obligaciones, las conozco de sobra. En ninguna línea de mis dos comentarios me he opuesto a la búsqueda de familiares desaparecidos; si Ud. los lee bien, lo que se desprende de ellos es que la labor se debe hacer para los muertos de los dos bandos; ésa es la mejor manera de reconciliar un país, tarea que se propusieron los políticos de la transición, pero que ahora pretenden deshacer otros... En cuanto a quién gana las guerras, hay muchas causas, no quiero entrar en ese aspecto, ni el autor de la entrada lo hace, los datos de fusilamientos están ahí. Saludos.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Qué bien,qué bien, que esto se anime,y siga abierto el debate, y desde luego no seré yo quien lo corte, sólo me gustaría que se eleve el nivel de tolerancia, los buenos modales democráticos y sobre todo los mejores argumentos de los que seais capaces,seamos capaces, no tanto para apabullar al otro cuanto para darle más puntos de vista y alguna duda a sus seguridades. Ojalá se animaran más amigos a echar sobre la mesa sus puntos de vista y sus argumentos de peso.
Un abrazo

G.B.G dijo...

Hola de nuevo Angelus: le ruego me perdone si entendió que yo quería indicarle cuales son sus obligaciones, yo intentaba hablar de amor, pero está claro que no lo conseguí. Verá, es que yo no entiendo de "bandos",lo que yo intento es comprender al ser humano y, desde esa perspectiva, digo que se busquen los restos de aquellos que perdieron su vida por defender los ideales en los que creían, ya sea en Paracuellos o en las montañas de Prades.
Esto me da fuerza para no estar de acuerdo con el borrón y cuenta nueva que, con toda buena fe, acordaron los políticos de la transición porque, de esa manera, los vencidos quedaban, a mi modo de ver, en el más "intolerable" olvido.
Perdóneme si lo entiendo mal pero...¿hay alguna ley, o norma, que prohíba buscar a los, como usted dice, del otro bando? Si es así, y usted quiere, yo voy con usted hasta el fin del mundo si hace falta, para que se haga justicia a TODOS. Pero hasta entonces exijo, si es que puedo exijir algo, que todos los seres humanos tengan una sepultura digna, al margen de si a unos les gusta más el color rojo o el azul.
Como final digamos algo en lo que usted y yo, seguro, estamos de acuerdo... ¡VIVA LA LIBERTAD y muerte a las guerras!

Le abraza un ser humano, o así lo intento, que no entiende de bandos más allá del de los pájaros.

Hutch dijo...

G.B.G: acepto esas palabras "confraternizadoras" que Ud. me dedica en su último comentario. Creo que la labor de los políticos durante la Transición es digna de elogio, aparcando los deseos de revancha; algo similar a lo que hizo Nelson Mandela al acceder al poder y evitar un baño de sangre en el Sudáfrica del "apartheid"; el resultado de ambas tácticas es evidente rastreando la historia de los últimos años. Buscar los restos de los fusilados de la guerra o del franquismo me parece encomiable, pero, insisto, de los dos bandos, que lamentablemente sí existieron, otras labores de la memoria histórica me parecen metaduras de pata, acciones encaminadas a hurgar en la herida y volver a enfrentar a los españoles. Saludos.