8.- HÉROES DE TRAPO QUE NO DAN LUZ, MÁS BIEN PENA

• Ahí están en todas las portadas de los
• medios de comunicación, hasta la hartura, estos dioses modernos, estos héroes
• actuales:
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  · Michael Jackson, sus seguidores sostienen que fue genial, lo creo, aunque no se comía una rosca ni vendía una escoba desde hace más de quince años. Tras su muerte, sale victorioso, decidido a comerse el mundo (deciden, claro) y ganar más batallas que el Cid Campeador después de muerto, y el mundo mediático se enerva, enarbola y monta el espectáculo y la mayor de las ganancias, porque todo se vende, incluida la muerte. Otro mito a nuestras espaldas, pero por mucho que se esfuercen sus fans, con poca luz.

· José Tomás, gran torero, pero nada más, para nada el mejor de los mejores; audaz, eso sí; atrevido, también; temerario hasta el delirio y los congojos, pero no todo lo que toca es oro. Tiene grandes tardes, como otros, medianas, como casi todos, y regulares, por no decir penosas, como muchos de sus colegas; aunque algunos, que no muchos, la verdad, intentan hacerle dios y redentor de la fiesta nacional. Con su pan se lo coman, que dice Sabina de otros, gran admirador del torero de marras.

· Cristiano Ronaldo, otro que tal baila, aunque baile bien con el balón. ¿Quién da más? Pues alguien, parece que experto en finanzas, lo ha hecho. Y a la voz de ya, de no sé qué instinto visceral y extragaláctico, una vez más, el estadio Bernabéu estalló: 75.000 aficionados lo llenaron, anotan las crónicas del día. Una chica explicó, digno de una tesis doctoral, lo que esperaba (óiganlo bien): “Espero al tío bueno”. ¡Hala Madrid! ¡Hala! Agotadas las camisetas. Aúpa el textil.

Pasarán como humo que lleva el viento, volverán otros, habrá alguna chica, dentro de 50 años, más o menos, que seguirá esperando al tío bueno y su abuela, que se avergüenza de lo dicho en juventud alocada, le dictará al oído: ¿No crees que merecería la pena esperar algo mejor?
Dioses de trapo y barro, que no dan luz, más bien lástima, porque tendrán muy difícil, yo diría que imposible, el digerir tanto triunfo, tanta medalla, tantos millones… y si no, al tiempo, que pone las cosas en su sitio y a cada uno donde nos corresponde, pero, ay, sus seguidores esperando siempre a Alguien que no llega.