jueves, 17 de julio de 2008

LA FELICIDAD A PARTIR DE LOS 60 Y MÁS

“Las Personas Mayores tienen la capacidad de sentirse más felices que los jóvenes, a pesar de que su salud comience a deteriorarse”, ha sido la principal conclusión a la que han llegado los investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos.

Son tantos los tópicos, los mitos y los estereotipos que se han ido acumulando a lo largo de los tiempos, que los estragos que han caído sobre la realidad y la verdad han sido espeluznantes. En relación con la felicidad, ese viaje que todos, en todas las etapas de la vida, hemos querido realizar, ha sucedido lo mismo y así, sin más, por arte de echarle humo o incienso a la juventud, habíamos llegado a creer o nos habían obligado a ello, que el mundo de la felicidad era patrimonio de los jóvenes. Y mira por cuanto tiene que ser la investigación de una Universidad de Estados Unidos la que nos devuelva la limpia realidad sin aditamentos interesados y erróneos, demostrando que las nuevas generaciones tienen mucho que aprender de los mayores y que las ideas y la percepción de una vida satisfactoria está más ligada a las personas que han pasado la barrera de los 60.
El análisis estadístico revela que las personas del grupo perteneciente a edades de 60 años o más se sienten más felices que los del grupo de personas jóvenes. “No debemos olvidar, señala Peter Ubel, el director de la investigación, que las personas mayores con la edad ganan en sabiduría y conocimiento vital. De esta forma, consiguen restarle importancia a los pequeños inconvenientes de la vida cotidiana. Los mayores son muy buenos apartando sus emociones negativas y suelen aferrarse a las emociones positivas. La edad trae consigo una mayor capacidad para adaptarse emocionalmente a las adversidades. Esto no ocurre con los jóvenes que, aun cuando asumen que son más felices que los mayores, esto no supone una sorpresa, porque no tienen la experiencia que da la edad y, por lo tanto, no reconocen su nivel de felicidad y no saben que este puede aumentar con la edad”.
Van siendo ya muchas personas mayores las que sostienen que la mejor década de su vida ha sido o está siendo la década de los 60 y los 70. Esos sentimientos de gran satisfacción, en general, aumentan y se refuerzan con la experiencia y el paso del tiempo, y no es difícil hallar en muchos mayores grandes dosis de equilibrio y armonía, una mayor facilidad para ser más tolerantes, una fuerte capacidad de compasión y sin lugar a dudas una envidiable sabiduría acumulada, para dedicarse a lo realmente esencial y saber disfrutar de los buenos momentos… que de una o de otra forma conforman los materiales de la felicidad.
Apunta el mismo Peter Ubel una idea a destacar, con la que siempre hemos estado de acuerdo, y personalmente la he repetido hasta la saciedad: “Aquellas personas que se levantan por la mañana con un propósito vital, con actividades y objetivos a los que enfrentarse, son generalmente más dichosas y saludables”. Aunque naturalmente vale para jóvenes, adultos y mayores, aunque yo en mis diarios pongo el punto de mira en las personas que han pasado la barrera de los 50 y más, insistiendo en la importancia de dotarnos de proyectos de vida que nos motiven y nos arrastren a la acción.
Y así, el cultivo de algunas herramientas y virtudes como las relaciones intergeneracionales, la autoestima, el optimismo, el ejercicio de un mayor control sobre la propia vida, el cultivo de las relaciones ínterpersonales, la curiosidad, potenciar la creatividad cualquiera que sea la edad en la que nos encontramos, porque la creatividad, el amor, y tantas otras cosas… no tienen edad, aprender a desaprender y aprender cosas nuevas, enseñar a expresar gratitud, dedicarle tiempo al ejercicio físico y mental y algunas horas del tiempo libre al compromiso social y la solidaridad… con seguridad, nos colocarán en el tren que va camino de la felicidad y que según los científicos americanos va ocupado por una inmensa mayoría de personas mayores.

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