viernes, 25 de julio de 2008

CLARICE LISPECTOR

Murió joven, pero se ganó para siempre un alto puesto en la literatura de su país, Brasil, y en la literatura mundial contemporánea. Clarice Lispector nació en Ucrania en 1925 y murió en Río de Janeiro en 1977, de cáncer, recién cumplidos los 52.
Me parece que una obra es grande cuando resiste una segunda mirada y una segunda, tercera y más relecturas. No así los libros de usar y tirar que se agotan tras la primera y rápida lectura.
"Felicidad clandestina y silencio" es un libro de relatos cortos de largo alcance porque se respira en cada página, qué digo, en cada línea, originalidad, frescura, sencillez y, a la vez, profundidad, dominio de las palabras y las imágenes y análisis lúcido de todos y cada uno de los paisajes, personajes y animales que pululan por esta obra paradigma de su buen hacer literario, escrito desde la inmediatez y que desde su habilidad particular trasciende lo tangible y lo cotidiano. Su modo de hacer peculiar, muy reelaborado y aparentemente sencillo, le conduce a retorcer los pensamientos y las imágenes para conducir al lector por caminos nuevos e insospechados “para que trabaje la cabeza”, como hace decir a uno de sus personajes.
Sirvan sólo dos ejemplos:

“Al llegar a casa no empecé a leer. Simulaba que no lo tenía, únicamente para sentir después el sobresalto de tenerlo. Horas más tarde lo abrí, leí algunas líneas maravillosas, lo cerré de nuevo, me fui a pasear por la casa, lo postergué aún más yendo a comer pan con mantequilla, fingí no saber dónde había guardado el libro, lo encontraba, lo abría por unos instantes. Creaba los obstáculos más falsos para esa cosa clandestina que era la felicidad... Ya no era una niña con un libro: era una mujer con su amante”.

“… la muerte es muy oscura. O tal vez no, no sé cómo es, todavía no morí, y cuando haya muerto no lo sabré, quién sabe si es tan oscura. La muerte, quiero decir”.

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