jueves, 27 de diciembre de 2007

El mundo, de Juan José Millás

Hay escritores que deslumbran por su genialidad y su maestría y escritores por los que, además de deslumbrar, sientes una debilidad hacia ellos por cuanto dicen, cómo lo dicen, la magia con la que su pluma o su ordenador juega con las palabras y las domina, retuerce las historias que inventa y reinventa con una facilidad asombrosa, desde la fuerza generadora del lenguaje.
Juan José Millás deslumbra en una brevísima columna, pero además, no puedes por menos de sentir una enorme debilidad por la gracia, la hermosura, el sentido crítico y la habilidad para sacar de la chistera las mayores sorpresas generadas por la fuerza de las palabras y el duende de las historias.
EL MUNDO, premio Planeta 2007, es un ejemplo perfecto de esos dones con los que este escritor está magníficamente dotado.
“En el principio fue el frío. El que ha tenido frío de pequeño, tendrá frío el resto de su vida, porque el frío de la infancia no se va nunca. Si acaso, en los penetrales del cuerpo, desde donde se expande por todo el organismo cuando le son favorables las condiciones exteriores. Calculo que debe de ser durísimo proceder de un embrión congelado”. Pág. 12
Un maestro. Y, a mi gusto, uno de los mejores escritores actuales.

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