lunes, 17 de diciembre de 2007

Mi mensaje de Navidad



“Bienaventurados los que están en el fondo del pozo
porque de ahí en adelante
sólo cabe ir mejorando”. Juan Manuel Serrat

Bienaventurados los pobres que luchan por liberarse de su miseria porque de ellos es el reino de esta tierra.
Bienaventurados los mansos porque en su reino no habitarán los infartos ni las úlceras de estómago.
Bienaventurados los que saben llorar porque demuestran tener sensibilidad a flor de piel y eso es bueno y hermoso.
Bienaventurados los que al sentarse a la mesa en estas Navidades pueden dar gusto al cuerpo y sentirse saciados.
Bienaventurados los que gozan de la comida y la bebida sin hartarse porque de ellos es el reino de la mesura.
Bienaventurados los viejos nuevamente niños porque de ellos es el reino de la ternura.
Bienaventurados los que desde sus sillas de ruedas vuelan en sueños a 200 por hora y nos dan sopa con onda en la carrera de la vida porque suyo es el reino de la fantasía.
Bienaventurados los que tienen siempre buen humor y la sonrisa a flor de labios porque comerán natillas hasta hartarse.
Bienaventurados los que llevan la justicia y la honradez a todas partes en este mundo nuestro de descarados, corruptos y todavía caciques.
Bienaventurados los limpios de alma y cuerpo porque harán limpieza en las calles y en los rincones de todos nuestros municipios.
Bienaventurados los que llevan la paz en la sonrisa y en el alma porque desarmarán a todos los fanáticos, pistoleros y asesinos.
Bienaventurados los que saben beber el vino en compañía y cuando beben una copa de más no la toman con la mujer, los hijos, la vecina de enfrente o la política.
Bienaventurados los que son capaces de apagar la tele cuando dice memeces, nos idiotiza a gran escala y nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino, (amplíese a discursos, homilías, tertulias…)
Bienaventurados los que saben dar marcha al cuerpo porque de ellos es el reino de la fiesta a la que todos estamos invitados.
Bienaventurados los hijos de buena madre porque de ellos no hay que temer ninguna mala jugada.
Bienaventurados los que al desearte las Felices Pascuas lo hacen de corazón y están dispuestos a invitarte a una copa de champán.
Bienaventurados los que en la ruleta de la vida saben perder y cuando el éxito les llega no se suben por las paredes y por encima de los demás.
Bienaventurados los que se arriesgan en la vida en beneficio de los otros porque la recompensa la llevan dentro de sí.
Bienaventurados los que se enamoran con facilidad de una mujer bonita, de un atardecer romántico, de una noche estrellada y de un niño con los mocos colgando.
Bienaventurados todos si logramos ser en estas fiestas un poco más felices y menos feroces y que las feroces fiestas que nos ofrece nuestra sociedad de consumo se conviertan porque así lo queremos y mandamos en Felices Fiestas de Navidad.

Este mensaje va dedicado a creyentes y no creyentes, fieles e infieles, practicantes de misa dominical y para los que no pisan una iglesia hace siglos, católicos, budistas, islamistas y de la secta de última hora. A todos, salud y paz, mi mensaje y mis bienaventuranzas, medio divinas medio humanas o más humanas que divinas.

Te toca, si te atreves y te apetece:

§ Bienaventurados…

§ Bienaventurados…

§ Bienaventurados…


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