Hasta hace dos días todo llegaba sin prisa, aunque sin pausa, y se disfrutaba de los días y las noches en su rápida lentitud. Adviento significada que había que irse acercando y preparando las fiestas de la Natividad o de la Luz del Solsticio de Invierno, parejo a la renovación, la luz y el retorno gradual de los días, y en estas, llegó Vigo en pleno otoño, acelerado, con el ritmo de las prisas a ver quien planta el árbol de luz y artificio más alto para alumbrar las miradas de la boca abierta y deslumbrar a los vecinos en turbia lid. Ya es Granada el que lo tiene más alto. Prisa acelerada se llama a eso, sin mucho sentido me parece a mí, aunque alguien me diga: es el negocio, amigo.
Y hay más prisas: Prisas de la Oposición para gobernar a costa de lo que sea y de quien sea sin arrimar el hombro con el Gobierno de turno para las cosas que en verdad interesan a la ciudadanía. Prisa inconcebible del Sr. Feijóo, ¿cuántas veces ha dicho ya: “Váyase Sr. Sánchez”, que a uno que pasa por ahí con el oído atento, sin más, le parece un descaro inconmensurable y hasta ridículo. Y hasta el Sr. Óscar López, pareciera que llega igualmente con exceso de prisa para ocupar la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Prisa del niño que quiere dejar de serlo para ser como su hermano mayor y su padre o su primo hermano, mucho mayor que él.
Prisa del deportista que lo quiere todo, a la voz de ya, en su estrenada juventud y si algo le sale mal, con un gesto que no es de recibo, rompe la raqueta contra el suelo y contra todo.
Prisa de enriquecerse a toda costa o salir de apuros, poniendo una vela a la Lotería o a Santa Rita de Casia, pero llevándoselo crudo a los paraísos fiscales nada limpios.
Prisa para que el buen cocido de siempre se haga como siempre y sepa como siempre, pero las prisas, ay, hacen que pierda aquel sabor que le daban las madres y las abuelas.
Y como lo queremos ya mismo, todo lo que en este mismo instante se nos ocurre, alguien se inventó Amazón que viene en nuestro auxilio y nos sirve con la rapidez del rayo y hasta la abuela, amiga de la lentitud, se pone contenta.
Prisa, mucha prisa, demasiada prisa... para llegar: ¿a dónde? ¿Quieres decirme, a dónde? Gracias.
https://youtu.be/z4PKzz81m5c?si=4wYU6uge2NU6VjLM Chet Baker - Almost blue
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