“Y si un día no tienes ganas de hablar con nadie, llámame.., estaremos en silencio”. La frase es estupenda, aunque no sea del escritor y novelista colombiano, que pudiera suceder, porque hay mucha manía en algunos de escribir algo y firmarlo como si lo hubiera escrito un gran autor, acaso de su predilección, ¿para darle valor a su escrito? Si es así, no es menester, amigo mío, y ni te engañes, ni trates de engañarnos, no merece la pena, y no deja de ser una tontería mayúscula, además de una ofensa al escritor por mucho aprecio que le tengas.
Dicho lo cual, vayamos a lo que interesa, porque de gran interés es la frase, sea de quien sea. A mí me gusta, me parece espléndida. Tiene su aquel y su enjundia:
Hay un alma sensible y altruista en quien la piensa y la escribe, porque se pone en el lugar de alguien que no tiene buen día, quizá esté cabreado, acaso le han salido mal las cosas, tan es así, que no quiere hablar con nadie. Y eso se respeta, sin más. Pero esto, estando bien, propio de almas generosas y que se preocupan de los demás, no es algo ni sorprendente, ni para tocar las campanas de los días de fiesta, porque lo sorprendente y un recurso expresivo original a la altura del genio con mucho ingenio es la segunda parte. Si alguien no tiene ganas de hablar con nadie, es que no tiene ganas, y no debe marearse la perdiz, intentando imitar a Teresa de Calcuta, pero el que tiene ingenio y buenos modales, además de buen corazón, puede insistir, no intentando dar la paliza con su discurso buenista, que enseguida decae en pura y dura verborrea, dejando claro que si acude, guardará un expresivo y sabio silencio. Y callar es callar, no aprovechar el silencio del otro para lanzarse al ruedo de los discursos vacuos y ensartar de paso las miles de veces que has estado en las mismas condiciones de no querer ver a nadie, que no es eso. Y solo si le apetece hablar, después de largo rato en silencio, será oportuno aceptar la palabra gustoso a quien no tenía ganas de hablar con nadie.
Nota no tan al margen, para dar paso a José Saramago:
"Llámame cuando quieras
cuando te apetezca,
pero no como alguien que se siente obligado a hacerlo, esto no sería bueno ni para ti ni para mí.
A veces me pongo a imaginar lo maravilloso que sería que me llamaras sólo porque sí, simplemente como alguien que tenía sed y fue a beber un vaso de agua,
pero ya sé que sería pedir demasiado,
conmigo nunca tendrás que fingir una sed que no sientes".
https://youtu.be/cvycxSo_ONs?si=7mfutbb90jqT4XX9 Unha noite na eira do trigo - XOÁN EIRIZ & ROSA CEDRÓN Letra del poeta Manuel Curros Enríquez
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