El 1 y el 2 de octubre fueron dos días muy importantes para mí. Comenzó el nuevo curso de los Talleres de lectura y escritura creativa. (Escribí días antes este artículo para calentar motores y compartir contigo esta aventura).
Hago rápida memoria y brevísima historia: A raíz de mi jubilación inicié un poco en broma, digo en broma porque la idea era coordinar unas semanas, no más de 2 o 3 meses, una insignificante bola de nieve que se ha ido ensanchando y alargando hasta convertirse en una bola nada pequeña de amplios, ricos y estupendos significados, para mí, una de las cosas más satisfactorias de mi vida, suelo decir, y para todos los participantes, mayoría mujeres, por lo que dicen y cuentan al final de cada curso en cada evaluación:
“Cada día mejor, los temas muy importantes y cada vez más difíciles...”
“Me ha gustado el curso porque no ha habido limitaciones ni a la imaginación, ni a la creatividad. El profesor ha influido para que el texto escrito tenga orden lógico, tenga personalidad, y para que tenga un sello personal...”
“Me siento a gusto en clase por el buen ambiente que hemos creado entre todos. Cuando envío mi tarea, espero impaciente la valoración para comprobar mis aciertos o errores...”
“El martes es un día especial para mí porque me alegra estar con todos y con un tema tan importante como es la “escritura creativa” y toda la literatura y escritores que comentamos...”
La gente de los martes, y la de los miércoles de similar factura:
“Fue largo el curso y muy intenso, buscamos libros, ventanas, espejos, y a la luz de la literatura recobramos nuestra niñez, aireamos nuestra juventud, retomamos en la madurez la escritura consuelo de las noches solitarias. Volvimos con los placeres del sexo y se borraban los astros al amanecer. Aprendí a admiraros y así quiero continuar. El próximo año, hay tanto que leer y asimilar que os espero”.
“El curso me ha gustado. La metodología fue una novedad para mí. Los temas muy frescos y elegantes. Lo primero que vimos al llegar a clase es un poco de música algún trocito de concierto, tonadas, canciones de cuna, colombianas, música clásica. El temario era variado; 30 temas. Entre cada tema una lectura, luego un comentario y un escrito. Todo ha sido nuevo y bonito para mí...”
Y con este ya van 15 cursos, similar a los anteriores y distinto, similar en su formato y muy distinto en su contenido.
De las 30 sesiones, la mitad girará en torno al libro “El infinito en un junco”, obra maestra de Irene Vallejo que le va como un anillo al dedo para trabajarlo en un taller de lectura y escritura. Haremos un recorrido-largo viaje por las páginas del libro que nos permitirá leer y, a su sombra y bajo su luz engarzar nuestros escritos plurales. Hay lugar para el relato, la reflexión, el ensayo, la poesía, la crónica, la magia, el significado y la historia del libro a lo largo de los tiempos. Desde los “Misteriosos grupos de hombres a caballo buscando...”, la madre contadora de cuentos, las tejedoras de historias, las enseñanzas de los sabios, la librerías ambulantes, el umbral invisible de la esclavitud, las voces femeninas: Enheduanna, Safo..., las olvidadas, las anónimas, pasando por los botes salvavidas y la piel de los libros hasta llegar a las múltiples pantallas...
Será un regalo de la fortuna. Y será obra de todos.
Está siendo ya un regalo, una fiesta y el reto de enfrentarse a la página en blanco.
Ah, y bienvenidos los dos grupos de hombres que se han incorporado este año.
https://youtu.be/2rd8VktT8xY?si=xnh0kpz4yWZGMuxm Eva Cassidy - Over The Rainbow
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