“Me encanta admirar. Empieza el día y me digo: a ver a quién admiro hoy. Entre las personas que me quedan cerca, quien más fácil me lo pone es Xabi Alonso y no sólo a mí. Tiene a media Alemania rendida a sus pies tanto por los resultados excelentes de su trabajo como por sus maneras educadas, el arreglo personal y la ponderación con que responde a los periodistas”. Le ha seguido la pista y asiste admirado a su comportamiento ejemplar de gran profesional, el gentleman del fútbol le llaman en algún lugar de Alemania. En medio de tanto ruido y despellejo cainita, esta actitud del autor de la gran obra Patria, Fernando Aramburu, es digna de reconocer y aplaudir. Me encanta admirar... y me uno a él.
Ese mismo día en la página anterior del periódico venía otra columna similar dedicada a Jorge Semprún. De él, otro a quien admirar, Javier Pradera, dijo que la sociedad española nunca terminó de entender del todo, ni política ni culturalmente, a un hombre público y a un escritor que volvió del frío de un exilio inclemente, aunque enriquecido por los mejores valores de la Europa democrática. Otro hombre que en estos días hubiera cumplido 100 años que mereció ser admirado y reconocida su valía y su obra.
Y ahora nos toca, a ti y a mí, para no escurrir el bulto e irnos de rositas, porque lo olvidamos, tan dados al ruido, y a hablar más de todo cuanto se mueve en otra dirección, sobre todo, como si ir por distintos caminos estuviera mal visto, no bien hecho y lejos del pleno dominio de la libertad de cada cual.
No es necesario acudir al Espasa ni a Internet, hasta será mejor acercarnos a los que nunca estuvieron ni estarán en esos territorios casi sagrados.
Porque, cómo no acudir a tus padres, los primeros y que deberán seguir por los siglos de los siglos en el primer puesto de la admiración y el mayor de los reconocimientos,
y al primer maestro, aunque atizara el condenado en las tiernas nalgas y en la manos con sabañones los duros y largos meses del invierno, en aquellos duros años de posguerra, sequía y estraperlo,
y a tu primera novia, o novio, que te enseñó a querer de una manera como casi nadie te ha querido después, tenía un algo especial y tú un tiempo de frescura y asombro que no ha vuelto,
sin olvidar a los más cercanos de hoy mismo y de esta mañana, en donde están los seres más queridos, tu mujer y tus hijas,
los amigos más fieles y las amigas más entrañables,
la enfermera que te trata de un modo especial, como si fueras de la casa y su familia,
el médico que te mira y detiene la mirada en tu rostro mucho más que en la pantalla del ordenador,
la que te vende el pan con una sonrisa y un buenos días y te alegra el arranque del día,
el taxista que cuando entras en su coche no sigue con la radio puesta, porque no sabe si es de tu gusto o la detestas, y así respeta tus gustos y tu manera de ir por la vida que, en el fondo, es respetarte a ti, y te da pie para admirarle, porque tenemos que ponérselo fácil para que asimismo nos admiren y hasta quieran,
y la buena gente que existe y está a tu lado, aunque por las cataratas que llevas y otras adherencias más interiores, a veces, no sepas verla... Gentes, gentes, gentes a las que aplaudir, valorar, considerar, admirar..., y si llega la ocasión: querer.
https://youtu.be/NvVpAxQuBg4?si=FqxoZhSDwPz5gplq Los campanilleros | Mayte Martín. ¡Cómo no admirar a esta mujer!
¡Feliz 3 Domingo de Adviento!
"Romance del milagro de la Virgen y el Ciego". José Ignacio H. Toquero.
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Excelente día!!
Mariano Alvarez López
Pues no existe música italiana, alemana, española o turca. Solo existe la música y es como el amor. No tiene idioma
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Nines Alonso
Mariano Alvarez López Pero tiene MI......
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Myriam Gomez ha comentado una publicación de 27 de marzo de 2021.
Myriam Gomez
¡Hermosas!
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