jueves, 27 de julio de 2023

PARA CUANDO ALGO TE VA MAL

 


Que somos un tanto masoquistas está superdemostrado, creo yo, y prueba de ello es que además de meternos en todos los charcos, o en muchos, pareciera que somos hasta felices regodeándonos de lo mal que estamos, las cosas que nos pasan, y mucho más cuando les sucede algo a la pareja, a los hijos o a los amigos. Haz la prueba: Di en una tertulia, y no digamos en un Hospital, lo mal que estás y salen en tropel enfermedades y operaciones en cantidades ingentes.
Que las cosas nos van mal, a veces y hasta muchas veces, es claro, como a todo el mundo, ¿Quién está a salvo de una enfermedad, de la muerte a nuestro lado más cercano en todo momento? Hasta nos da la sensación de que nos pasa de todo en ocasiones.
Conclusión: las cosas nos van mal, muchas veces, ya lo sabemos, pero debemos saber que no suele durar toda la vida de una persona y que lo normal es que los males se alejen y nos dejen en paz. Es una buena actitud la de la viñeta: Cuando las cosas van mal, no vayas con ellas, no te metas de lleno en el lodo, no te quedes hundido en el pozo, no estés todo el día sin descanzar ni un segundo dándote la matraca y dándosela a los que tienes al lado o a los que pasan por tu camino. Y ya sabes que el duelo debe durar más bien poco, porque la vida espera como loba en celo. “Tú no puedes volver atrás / porque la vida ya te empuja / como un aullido interminable”, dice la primera estrofa de un poema formidable de José Agustín Goytisolo.
Decía Herodoto que la felicidad humana nunca es duradera, y por nuestra cuenta podríamos seguir diciendo que, en efecto, dura unos instantes y añadir también que las desdichas suelen durar un tiempo, no más. Por lo que no conviene intentar llevarlas a cuestas, sino deshacernos en cuanto podamos de su peso y continuar el camino dándoles el cuidado debido, pero no más, y menos regodearse o dejarse aplastar por ellas. Difícil muchas veces, claro está, pero no hay otro camino que levantar el vuelo, sacar la cabeza para poder respirar cuando nos inunda la riada o nos aturde el huracán. Porque somos más importantes que las cosas y que los sucesos, y el yo, tú, él y todos nosotros nos debemos el mayor de los respetos y consideración, no solo no dejarnos llevar por la corriente, sino ser en todo momento quienes debemos dirigir la barca, y quienes intentar salir de todo obstáculo que se interponga en nuestro vivir cotidiano. Y hasta agarrarse al sabio refrán: No hay mal que dure cien años, porque es verdad, con alguna excepción, la guerra de los cien años porque, aunque brutos como bestias, de aquello algo hemos aprendido. Algunos no, pero, por fortuna, la mayoría sí.
“Resulta elemental, escribe la psicóloga clínica, Clarissa Sucre, que comprendamos que durante el recorrido de la vida, está bien sentir dolor para que podamos normalizar las sensaciones de displacer, miedo, angustia, ansiedad o malestar. Está bien que nos sintamos tristes o decaídos ante una pérdida, una ruptura o inclusive un desempleo... Está en nosotros trabajar en pro de que estas emociones no perduren en el tiempo, generándonos un impacto mayor”. Pues eso.
https://youtu.be/29aF2yV2m_4 Sinead O'Connor - Nothing Compares 2 U - Subtitulado Español & Inglés

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