domingo, 28 de mayo de 2023

ESTAR A LA ALTURA… Y ELECCIONES

 


Un niño necesita eso, por encima de todas las cosas, que los mayores se pongan a su altura y les den muchos mimos; que es exactamente lo que piden igualmente los adolescentes, que se los entienda un poco mejor, en su crecimiento alocado y su apertura al mundo y a los otros, puesto que se les pone en exceso empinada la subida; y es lo que piden desde el silencio tembloroso los padres, que se reconozca lo que están haciendo sin haberles entregado nadie una enciclopedia básica con los útiles y saberes imprescindibles en la tarea de educar y de ser padres y madres, aquí, ahora y siempre; y no digamos todos lo entrados en edad, personas mayores, jubilados, viejos y ancianos: a su altura, como ellos lo hacían con los hijos, y ahora con los nietos, dando un poco de calor para sus manos siempre frías, compañía simplemente, escuchar sin poner mal gesto aunque sea la quincuagésima vez que lo escuchas. Cuánta paciencia tuvieron, y qué poca tenemos nosotros.
Se necesita poco más en la vida, nunca por encima pisando al de abajo, sino a su altura; en sus mismos zapatos: confortando; caminando juntos: susurrando; cogidos de la mano: queriéndose, queriéndolos, y buscando metas siempre más altas: acompañando.
Andamos como locos buscando el sentido a la vida teorizando y divagando, colocándonos a la altura de las estrellas más altas, y es más simple y sencillo, siempre al lado, callando, dando ejemplo sin alardear, como se respira, sin pensar en ello, sin necesidad de dar consejos, que cuando no se piden carecen de valor y eficacia, ni el sol ni el río dan consejos y desde su silencio dan lo mejor de lo mejor, necesario e imprescindible para poder vivir.
Pues lo mismo.
¡Cómo agradecen todos los niños del mundo esos gestos! Tanto que se quedan a vivir hasta los últimos días de sus vidas.
¡Y cómo lo agradecen las personas mayores! Tanto que aflora el niño que llevan dentro con la misma fragilidad, pero con un alivio agradecido inundado de ternura y agradecimiento.
Nota no tan al margen: Permitidme una cita para el día antes y el de después. Es una frase al vuelo cogida de un artículo de Berna González Harbour, a quien sigo en prensa y radio, con bastante fidelidad, el día de antes de ir a votar: “Parece que nadie está pensando en el día siguiente. En la hora en que después de ir, habrá que volver. Después de insultar, habrá que verse las caras. Después de romper, habrá que pegar los pedazos”. Esta gente, sí, nuestros políticos, y no son todos iguales, no empecemos, no han estado a la altura. ¿Estarán a la altura después de darse feroces garrotazos, como lo expresaba Peridis, magistralmente, ayer mismo, en su viñeta? Es la pregunta del millón y el deseo de la inmensa mayoría de que estén a la altura, dejando los insultos para los bárbaros de norte y sur, llegando a acuerdos y pactos y gobernando desde el lugar en el que les hayan dejado las urnas al servicio de la sociedad, que esa es su alta misión.
Ah, y antes de decir o solo pensar: se hunde España, preguntarse: ¿Qué hago yo para que no se hunda? Y otra: ¿No será mejor seducir a los otros con propuestas y ejemplos que desbarrar con insultos y barbaridades?
youtu.be/8ggDDSmAQrc Rachmaninov : Polka italienne, bella y plena de armonía. (Breve-breve, pero buena-buena)

No hay comentarios: