Uno de mis Cuadernos del otoño lleva el título de “El silencio sonoro de las cosas” y consta de 71 Capítulos, 71 objetos de la casa que más me dicen y los que más me hablan o yo les digo, les hablo y, en general, lo que significan para mí. Al ver esta imagen enseguida he dejado libre la mente y las manos para recorrer alguna de mis páginas, esta vez a través de la pantalla del ordenador que me permite correr a mis anchas, como cualquiera de mis admirados caballos que, en cuanto ven una pradera, corren felices con la máxima libertad y gran disfrute. Así yo.
La imagen no puede ser más chula y sugerente. Habla por sí sola, y por sí sola canta y narra, habla y celebra. Toda una declaración de amor, el momento y acto más románticos, los más gentiles, con el mayor de los afectos y de la galantería.
Ella como una diosa, bien acomodada, dejándose querer, solo pensando en cuál será su respuesta y sus mil detalles para agradecer esa actitud y veneración de amante y gran caballlero. Ella no puede ir a la zaga.
Y él, qué bien, qué buen caballero en los detalles, elemental por otra parte, rindiéndose, ofreciendo pleitesía, derrochando delicadeza, lejos de todo atisbo de maltrato tan frecuente en algunos miserables. Hay un olor a campo y monte alto con un fondo visual de lenguaje escrito dando sentido y significado de cuanto ocurre en la escena que los dioses envidian de tanto derroche de amor, armonía y mucho estilo.
Y se trata de las cosas, que nunca son mudas, y si no nos dicen nada, no es cosa de ellas, más bien la culpa es nuestra que no ponemos el oído atento a su decir, contar y hasta cantar. ¿Cómo no me va a decir nada la visera que usaba mi padre, o la plancha de carbón de la abuela y la lavadora que me lleva a los fríos de enero y febrero y mi madre lavando en el portalón del corral o el retrato de boda de tus padres y el pudin de manzana que te ha salido de mimo o la cerámica que compraste en uno de tus viajes más queridos y el último rayo de sol de la tarde o los discos que más a mano siempre tienes..., y así hasta el infinito?
¡Las cosas, las dulces y calladas cosas, las cosas que tanto sueñan a solas, las cosas de ayer y de ayer mismo por la tarde..., las entrañables cosas desde su silencio, pero con toda su elocuencia! Pero, ojo, la casa abierta a todo, que ya decía Lao-Tsé: “Sin abandonar mi casa, conozco el universo entero”. Y hablando de las cosas habrá que recordar el verso de Mallarmé: “No la cosa, sino la sensación de la cosa”.
Que estemos muy a gusto con las cosas que nos rodean en este 2023 que acaba de empezar. Feliz Año Nuevo.
https://youtu.be/daL7_QWYdkk Los Ángeles Azules - El Listón de Tu Pelo ft. Denise Gutiérrez (Live) (Qué ganas de bailar con este ritmo que se lleva todas las penas...)
https://youtu.be/HUGANtq_OzY Ara Malikian Aria de Bach HD (Y la mejor de las propinas. Con esta música de fondo, escuchada con frecuencia, otro gallo nos cantaría)
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