lunes, 26 de diciembre de 2022

LECCIÓN DE HUMANIDAD EN LA PREHISTORIA

 

Hablemos de una lección de humanidad cuando apenas eran humanos nuestros más lejanos antepasados.
Sucedió hace la friolera de 1,8 millones de años, un mes arriba o abajo, y se considera quizá el primer vestigio en la historia de un comportamiento “reconociblemente humano”, dice de él el filósofo Javier Gomá. Y ello a partir del descubrimiento de los restos de unos fósiles de homínidos entre los cuales se encuentra una mandíbula sin dientes, particularidad que ha alertado a los científicos para sostener que pertenecía a un viejo incapaz de alimentarse por sí mismo, necesitando la cooperación del grupo para ingerir papilla de carne masticada. Estaba abocado a una muerte rápida, pero pareciera que su grupo apostaba claramente por la vida y alargarla lo más posible frente a la muerte siempre a la puerta con un halo de obscenidad. Javier Gomá concluye la historia con esta reflexión pertinente y clarificadora: “Ese viejo no servía para nada y, pese a su inutilidad, el grupo lo consideró digno de protección y cuidado. Allí, hace 1,8 millones de años, centelleó por primera vez el relámpago de la dignidad”. ¿No es para celebrarlo y tratar de imitar al pie de la letra en nuestros días también?
Dignidad que es don, principio humanista, valor inherente del ser humano por el simple hecho de serlo y de ahí su grandeza, derecho y responsabilidad de ser libre, la razón en la cúspide del proceso evolutivo con capacidad para ser responsable, feliz, ejercer la piedad y la compasión con el ejercicio de los cuidados a todo ser vulnerable y todo ello en la más estricta igualdad para todos los hombres y mujeres, “solo el ser humano fin en sí mismo y nunca solo medio”.
El “nadie es más que nadie y menos que nadie” machadiano, vale como norma y regla para medir la grandeza de ser hombre, de ser mujer, tanto si se tiene todo como si no se dispone de nada, en dinero, propiedades, herencias de sangre azul y archimillonarias, títulos académicos y esclavos mil a su servicio. Tanto da. Y menos mal porque la esencia de la valía, la dignidad mayor, está tanto en el más desvalido como el más encumbrado en la escala social, que nos iguala a la hora de nacer y a la hora de morir. Siempre es hora de aprender la lección para que en ese interregno se halle y sea descubierta, respetada y ejercitada.
Lo que nos lleva, me lleva, a pensar que el que nos repugne la esclavitud, los malos tratos, la violencia de género, la guerra..., y valoremos mucho los cuidados a los otros, indica el progreso moral que hemos adquirido o vamos cimentando.
Ya ves, y todo ello desde hace más de 1,8 millones de años.
Ojalá estas Fiestas de Navidad, además del turrón y los langostinos, supongan un ascenso hacia una mayor dignidad, una ejemplar convivencia y que nadie muera de hambre o frío.
https://youtu.be/pQFAUSSXW54 Acetre. La Capitana (junto a Celia Romero) incluido en el disco "Aniversario". (Sin palabras, y la piel de gallina, han dicho algunos, y yo lo subrayo)
https://youtu.be/0IFzO3dDcXY Acetre - A la Casa de las Locas

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