jueves, 23 de diciembre de 2021

LOS VERDADEROS MILAGROS

 


Esta mañana me he despertado con una imagen: una margarita en plena calzada, similar a esta que integro en mi artículo, y una frase muy sugerente como tantas del escritor Antoine de Saint-Exupery: “Qué poco ruido hacen los verdaderos milagros”.

Siempre me han fascinado las flores en los sitios más insospechados e inhóspitos, y más todavía aquellas que nunca serán vistas por nadie, como muchas piedras en catedrales, imposibles de ver por sus lugares inaccesibles al ojo humano, pero no por ello el artífice las trabajó con menos cuidado y esmero que el resto, lo he mencionado alguna vez más. Están calladas, flores y piedras, y todas ellas desde el mayor de lo silencios, sin ninguna pizca de ruido, son en sí mismas un verdadero milagro, quizá el mayor de todos, sin ruidos y alharacas, aclamando y celebrando la belleza y grandiosidad de ser y de existir. Milagros que, más que deslumbrar, alumbran, y mucho más que alardear y asombrar cantan desde el mayor de los silencios melodías que dejan un inmenso regalo en los sentidos y en la memoria. Estos son los milagros que a mí me gustan y admiro, los otros, me deslumbran, y ni admiro, ni siquiera creo, me producen desasosiego, porque no me dan buena espina, no veo en ellos valores que aprecio tanto como la justicia, la igualdad, la compasión para todos. Entiendo el milagro de los padres que sacan a los hijos adelante con mucho esfuerzo y no poco desvelo; y ese amor inconmensurable de dos viejos que se siguen queriendo con hondura y hasta pasión, cuando pareciera que el amor es cosa de dos días y poco más, en tantos y tantos y tantos; o la sonrisa permanente de esa mujer al borde de todos los ataques, enfermedades y desdichas y que sigue en pie manteniendo el tipo, preocupándose de todos; y la flor, ya lo dije, en medio de la calle, en la montaña más alta, en el desierto más lejano; y ese pájaro que, impertérrito, sigue posándose cada mañana en la ventana y te despierta con sus sones de pájaro cantor; y esa vegetación dormida y casi muerta, pero que resucita cada primavera como una explosión de belleza y armonía, sin alardes, sin ruido alguno, sin cacarearlo y magnificarlo sin demasiado sentido; sí, milagros que iluminan, calientan, embellecen la vida, luchan por un mundo más igualitario, sin enchufes, sin desvíos interesados, con orden y justicia, que invitan al respeto, al silencio, a una palabra bien dicha y a una vida más hermosa y llevadera; “nosotros hoy hemos tenido un milagro, ha nacido Miguel, mi cuarto nieto, a las siete de la mañana, estamos felices y agradecidos a la vida por este regalo”, ha escrito nuestra amiga común, Belén y alumna aventajada, en Facebook, y la hemos felicitado por ese milagro constante de la vida.
Y dijo Saint-Exupery: “Qué poco ruido hacen los verdaderos milagros”. Es cierto, nada de ruido, como ese cuarto nieto, solo un llanto al salir al frío y enseguida... la primera sonrisa, un verdadero milagro. Como grandes milagros, algunos personajes de carne y hueso: Nelson Mandela, José Mújica, Martin Luther King, Rosa Park, Greta Thumberg, Malala Yousafzai, y Cervantes, Velázquez, Beethoven, Machado, Lorca... Y el niño que nacerá en este instante, como el Niño de Belén entonces... Por eso, Feliz Navidad, de nuevo, con mucha luz en el interior.
https://youtu.be/23dW3H9yFSU Djelem Djelem - Barcelona Gipsy Klezmer Orchestra. Y para milagros, estas dos canciones
https://youtu.be/Oztvh92T7Zg Lule Lule - Barcelona Gipsy balKan Orchestra Preciosa canción de origen albanés, más de 600 años de antigüedad.

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