DOS MIRADAS Y UN CORAZÓN

No sabemos quién es más feliz, quién está más a gusto, quién estaría más dispuesto a estar así toda la vida o que simplemente se eternizara ese momento, que ya ha sucedido, por otra parte. ¿Es esa una gran muestra de la fidelidad y de la amistad? Seguro que sí, con todo su poderío y hondo significado y estar así toda una tarde sin necesidad de decir una sola palabra. Es sencilla y simplemente estar pegados piel con piel sintiendo el calor del otro, la suavidad de la piel y el aliento fresco de los pocos años.
Dos miradas y un solo corazón latiendo al unísono y siguiendo el mismo compás. El perro está serio, y no solo porque no sabe reír, sino porque se toma las cosas importantes de la vida con seriedad, y está, ojo avizor, el fino oído y el olfato a tope para defender en todo momento a su amigo y dueño. El chaval ríe con toda su fuerza porque no le cabe más gozo en su alma y en todo su cuerpo.
Se levantarán, correrán por la ladera, el bosque o lo que tengan más al lado, da igual, ellos son el paisaje y ellos son los únicos protagonistas de la tarde, hasta que el cansancio haga mella y se acuerden de que la merienda les espera después de un buen trago de agua limpia y fría.
Por la noche continuarán reviviendo los capítulos de una historia interminable: los sueños, los perros también sueñan, si no ¿a qué vienen esos gestos, semiaullidos, estremecimientos, gratas sensaciones que les recorre todo el cuerpo, cuando duermen plácidamente? Y los niños estarán toda la noche agitados cuando el día anterior ha sido rico en acontecimientos y sentires profundos. Para este de la imagen la tarde ha sido única y deberá ser celebrada con un rosario feliz de sueños.
En todo caso es una imagen para que haga nido y se quede largo tiempo en la retina, hace bien, es dulce, tierna y necesaria para los días ácidos y broncos de rumores y acontecimientos que desquebrajan el afinado ritmo de la tarde y la vida dichosa y merecida de la buena gente.

Nota no tan al margen:
1.-Todo lo anterior iba para la primera imagen. La segunda va de propina, para que la placidez de ese instante te llegue en los momentos de mayor inquietud y angustia.
2.- Para que no te la pierdas, ahí va esta cita-joya: “Los perros son mejores que las personas porque lo saben todo sobre ti, pero no se lo cuentan a nadie”. Emily Dickinson