sábado, 28 de septiembre de 2024

LA TRAGEDIA DE LA VEJEZ ES QUE UNO SEA JOVEN

 


“La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que uno sea joven. Dentro de este cuerpo que envejece hay un corazón todavía tan curioso, tan hambriento, todavía tan lleno de anhelo como lo estaba en la juventud. Me siento junto a la ventana y observo pasar el mundo, sintiéndome como un extraño en una tierra extraña, incapaz de relacionarme con el mundo exterior y, sin embargo, dentro de mí arde el mismo fuego que una vez pensó que podía conquistar el mundo. Y la verdadera tragedia es que el mundo sigue siendo, tan distante y esquivo, un lugar que nunca pude captar del todo”. Albert Camus.
Que es justo lo que me pasa a mí. Por eso me he quedado prendido de este párrafo. Lo que realmente me importa, me inquieta y hasta me da rabia, es que siendo viejo, como soy, qué quieres que sea tras cumplir 85, es que me sienta joven-joven como lo soy por dentro, en la mente y en el corazón. Me descubro sin esfuerzo alguno con ideas progresivas de futuro y sentimientos, deseos y pasiones de un joven cualquiera en plena y marcada juventud. Y no deja de ser una tragedia que se acepta y se lleva como se puede, mal. Porque lo aceptas, qué remedio, y lo llevas, insisto, rematadamente mal y a trompicones. En efecto, bien podría decir de mí lo que decía Camus: “Dentro de este cuerpo que envejece hay un corazón todavía tan curioso, tan hambriento, todavía tan lleno de anhelo como lo estaba en la juventud”.
Quisieras subir el Everest de los deseos y pasiones y tienes que conformarte con subir o bajar un escalón de la escalera que te lleva donde te lleva, ni a la puerta de la calle. Y cuando me dicen qué bien te veo, me quedo murmurando por los adentros: ya, maravillosamente bien, sin jalarme una rosca con los ventipocos años que siento tener. Una tragicomedia.
Quisieras estar en medio de la plaza bailando hasta la madrugada bien entrada y un poquitín alegre de copas y te das cuenta de que el tiempo ha volado, el arroz se te pasó a una velocidad increíblemente fatal. Y te llevan los demonios a donde no quieres estar. Una jugarreta de la vida.
Quisieras cantar a pulmón abierto porque tenías voz y hasta fino oído y al querer hacerlo te sale una chorrito de voz aflautada que no es ni voz ni Dios que lo fundó. Sainete tragicómico.
Quisieras comerte el mundo a dentelladas y tienes que comerte la merienda de a poquitos y poquita cosa, un bocadillo minúsculo para que no te dé guerra el estómago y te sorprendan los retortijones de tripa en mala hora. No me digas que no es triste sainete, porque te sientes joven, y no eres más que un joven huido ya hace tanto.
Dicho todo lo cual agradezco a la vida de ser viejo-viejo y joven-joven, y a la postre no es algo tan trágico.
Nota explicativa: El arranque del párrafo parece que era de Wilde y Camus se lo apropia, y como lo perfecciona ya no es plagio porque hay un claro asesinato, al perfeccionar la idea. Es lo que dictan los lingüistas.
https://youtu.be/Kqtz6a8ikGg?si=eRLAIIuMGQ7-gbCO Khatia Buniatishvili - Liszt/Horowitz: Hungarian Rhapsody no. 2 (ENCORE)
(Dos grandes pianistas: Ella y él)
https://youtu.be/x-8aa_t0d5A?si=7bGkeYvDlFcuMkYM LANG LANG Pianista chino - La Campanella - Liszt/Paganini

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