¿Te apetece quedarte un ratito al lado de esta abuela sabia y marchosa? A mí, sí. Hay algunas que, además de limpiarte los mocos en la edad de merecer, dan lecciones de moral y sentido común para todas las edades. Vamos allá, entonces, dejándonos acunar por estas palabras: amor, felicidad, tristeza, alegría y locura, que no están nada mal para trajinarlas y sacarles el jugo:
Enamorarse de la vida, que es mucho más que enamorarse de Anabel o de Julio o Enriqueta con ser ello tan importante y sustancioso. Porque la vida encierra mucho más, también el amor a tus amores, pero abarca a los animales y a las plantas, al amanecer y un paseo en barca, no es menester que sea en crucero, al trabajo y los fines de semana, a la familia, incluidos, claro está a los abuelos y algunas primas, y no digamos alguna abuela como esta, sin necesidad de ir por supuesto por ella, por la vida, quiero decir, como un aguafiestas amargado y gruñón. Enamorarse de la vida, ¿puede haber algo más hermoso y abracadabrante?, signifique lo que significa esa palabra tan larga y poco usada.
Casarse con la felicidad es lo que todo hijo de buena vecina quisiera a lo largo de su vida, sin necesidad de tener que llegar a la edad conveniente para elegir pareja en serio, y dejar de vivir en pareja de por vida. La felicidad está fuera y tan dentro que siempre está a la espera pidiendo acogida, y dado que se escapa de las manos como el agua, más para asirla en todos sus instantes, que es donde se halla. No es pareja única para toda la vida, es consustancial a la posibilidad de vivir mil y más experiencias, porque es múltiple dispar.
Y dado que la tristeza es mala compañera que no trae nada bueno ni aconsejable vivir en su compañía, lo mejor será divorciarse cuanto antes de ella. Amarga los días y las noches, los buenos momentos y hasta los días de fiesta, por lo que alejarse de ella es la mejor decisión que se puede elegir: divorciarse, separarse, alejarse de ella y huir de su triste compañía como de la peste.
Todo lo contrario será hacerse amante de la alegría y unirse y acoplarse a ella para toda la vida, ay, de nosotros, si se pasa algún solo día sin reír, sin alegrarse de algo, sin celebrarlo, cuando hay tanto que celebrar aunque la vida a veces se ponga intratable. «Llegué por el dolor a la alegría. / Supe por el dolor que el alma existe. / Por el dolor, allá en mi reino triste, / un misterioso sol amanecía», canta José Hierro.
Y de vez en cuando dar besos a la locura, ay de nosotros si no dejamos entrar al Quijote que todos podemos llevar a cuestas, para “deshacer entuertos y castigar agravios" y de paso conquistar el amor de todas las Dulcineas, defender la libertad y al débil, cueste lo que cueste, allanar las cuestas y montañas que la vida pone delante de nosotros, derribar molinos de viento que acaso lleven en sus entrañas monstruos que derribar por letales. Y darlo todo por defender a la mujer, al diferente, al descreído, al extranjero, al muerto de hambre, al huido de la guerra al que te pide: un poco, por favor... Locura frente a tanto tóxico, cínico, muermo, mediocre, gili, gris y mediopensionista. Gracias, abuelas del mundo.
https://youtu.be/Yu391B8n1JU?si=MfBB2sA8lXsJ7yxv Nara Noïan - chante Charles Aznavour - Hier Encore (... Ellas no han perdido el tiempo)
https://youtu.be/jZfTtqUU4yk?si=pnJBkvRQ5Rrvw7lU Nara Noïan - La Chanson Des Vieux Amants - Jacques Brel (CLIP OFFICIEL) (... Ellas saben de amores)
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