jueves, 14 de diciembre de 2023

HAY IMÁGENES QUE DUELEN

 



Sí, duelen en los ojos, en el corazón, en la mente..., y en la conciencia por muy dormida que esta esté, y es bueno detenerse en esa imágenes aunque duela hasta el alma.
Está clara la distancia de esos dos mundos.
En la de arriba ese niño no puede darle gracias a la vida, ay, porque le ha privado de lo más elemental: poder jugar, soñar, aprenderlo todo, beber los vientos corriendo con los amigos..., y a ese paso, pronto sentirá la espalda doblada por el peso de los ladrillos no apto para carnes tan tiernas. Lo dice maravillosamente bien en un poema mi buena amiga Gloria Rivas: Ella que le ha dado gracias por todo, y a la vida también, un mal día, muy herida, se lanza a escribir un poema que corta el aliento y te cambia el paso:
Agradéceme, vida, que a pesar de tu daño
todavía te sonría.
La pregunta clave y dolorosa no es otra que la de qué es lo que le espera en el futuro con un presente tan aciago y tan en contra, ¿solo sudor y lágrimas amargas?
En la de abajo aparentemente todo pinta mejor, pero se ciernen sobre ella negros nubarrones. Es la imagen de la comunicación-incomunicación más perfecta y contradictoria. Abiertos a todo lo que pasa lejos, quizá comunicándose con los amigos de allá e incapaces de entablar conversación con los que tienen al lado, porque ya no están hechos para expresarse con el lenguaje hablado de la cercanía. Algo se está haciendo mal.
Uno mira al niño y se le encoge cuerpo y alma a la vez y palpa la injusticia del mundo, niños trabajando en lo duro, muriendo hoy a miles en Palestina y en Ucrania, algunos también en Israel, muchos de ellos heridos, malheridos e imputado alguno de sus miembros, ¿cómo podemos pensar que este mundo está bien hecho, como cantaba en un poema nuestro Jorge Guillén, ante tanto desastre, tanto desorden, tanto horror?
Uno mira abajo y ve algo dislocado, algo que no va, que no puede ir bien, que están perdiendo tontamente el tiempo, atrapados por las máquinas y olvidados de lo más preciado de una tarde en amistad, compañía, risas a pleno pulmón y carcajadas frescas y sonoras como nadie más puede igualar a las de esa edad.
Algo urgente tendríamos que hacer, algo tendría que inventarse toda la tribu del planeta para que UNO lo tenga más fácil, con las más elementales oportunidades por el solo hecho de haber venido a este mundo y LOS OTROS no se esclavicen tan temprano a los móviles y aprendan un poquito las habilidades sociales que les sirvan ahora y siempre.
https://youtu.be/4SdmOmsqKR4?si=xHK3_22vPHKLXc1P El Niño Yuntero • Joan Manuel Serrat - Miguel Hernandez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una escritura conmovedora.
El mundo, (que es uno) es injusto.
Alguien dijo que "el sistema capitalista no es bueno, pero es el menos malo de los sistemas"
Creo que es el peor de todos los sistemas. Una cosa injusta, no tiene JUSTICIA. CBS.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Muy de acuerdo, gracias