AÚN APRENDO

 

Tras cada tropiezo y tras cada olvido no hay más remedio que volver y volver y volver, a levantarse, o aprender de nuevo la lección que a cada instante da la vida, con todas las circunstancias magníficas que nos brinda, a nada que tengamos los ojos bien abiertos, los oídos sin tapones y el alma tensa.

El dibujo de Goya “Aún aprendo” data de su exilio en Burdeos y es un autorretrato simbólico “que se ha convertido en un referente del espíritu del artista octogenario expresando su inquebrantable deseo de superación personal”, ha escrito el psiquiatra y psicoanalista David Dorenbaum.

En el fondo, de lo que se trata es de comenzar siempre una nueva vida se tenga la edad que se tenga. Al terminar la niñez se entra en la adolescencia y así sucesivamente y lo que importa es que cada etapa se viva con intensidad, como algo nuevo que puede ser hermoso, intenso y lleno de sentido y significados múltiples, porque es cierto que cada etapa en sí tiene su belleza, su sentido y su múltiples significados. Es así y ahí está, es cuestión de descubrirlo. Y lo comprobábamos ayer y antes de ayer “mismamente”.

La mayoría, en los talleres de lectura y escritura creativa, pasa, pasamos, de los 60, 70 y 80, y es hermoso ver y constatar que aprendemos a marchas forzadas, todas las semanas cumpliendo y realizando las tareas con mucha mayor motivación, esfuerzo y empuje que cuando éramos adolescentes, nada que ver con aquello, más ligeros de equipaje, más sueltos, más enganchados al vivir cada instante casi como si fuera el último, cuarenta entre los dos grupos y es interesante captar el espesor del interés, la ilusión del niño y joven que persiste en cada trazo, hallazgo literario que se descubre en cada línea y en cada escrito.

Aún aprendemos, todavía vamos a clase con la curiosidad primera, como recién estrenada, los cuadernos nuevos y las sorpresas que cada semana nos depare el programa a desarrollar, y ya van 14 cursos, 14 años, que se han pasado como un suspiro grato, sin que decaiga la fiebre de los primeros días, la pasión, cada tarde renovada, y el gozo de ir llenando cuadernos haciendo que la cosecha colectiva aumente en páginas cada curso, y tan voluminosa es que hemos decidido irla leyendo y saboreando semanal o quincenalmente, porque así aprendemos también todos de todas y todas de todos, de los mejores y de quienes se creen no tan buenos.

Creo que desde el primer día nos pusimos de acuerdo con Goya, sin pretenderlo, simplemente porque nos salía del alma y de todos sus entresijos.

Aún aprendo,

todavía seguimos aprendiendo

y en ello disfrutando.

No, no cuentes las sílabas, pensando que es un haiku, y no lo es. Porque ya sabes que el haiku tiene 5, 7, 5. Hay vida al margen del haiku.

https://youtu.be/EbdMYraVhP0?si=j3hqUpz0EepJCJeA dance polka mazurka. ¿Bailas?... Pues a bailar, y algo aprenderemos en el camino a la sombra de estos grandes bailarines.