No me gusta utilizar el sustantivo genialidad ni el adjetivo genial a todo cuanto se mueve en este mundo de trivialidades al por mayor y del no saber usar las cosas con medida y ponderación. No todo es una genialidad, ni cualquier suspiro, no más allá de una pedorreta simplemente, es genial.
Pero aquí creo que hay que hacer una excepción; la fotografía es genial, había que estar ahí, en el instante más bello para los ojos del baile de esos pájaros, y es genial el baile en sí o la caza y captura de los peces, ¿o no era más que un baño en picada libre? Es igual.
Hay que tener buena cámara, primero, y saber poner el ojo en su sitio exacto y disparar en ese preciso instante que, a buen seguro, se estaría esperando ese momento con infinita paciencia. Y hay que saber volar de esa forma tan elegante, eficaz y precisa, ¿un brindis al sol?, no, un brindis a la belleza de lo bien hecho y de forma gratuita: “la utilidad de lo inútil”, que diría Nuccio Ordine, recientemente fallecido, ay.
Estoy cansado de decir que debemos huir de adjetivos altisonantes como genial y espectacular, cuando el uso correcto del lenguaje nos obliga a usar, a su debido tiempo y modo, otros, más acordes con la realidad: bonito, precioso, magnífico, extraodinario, lindo, brillante, relevante, eminente, excelso, rotundo, ejemplar, grandioso, fascinante, formidable, agraciado, hermoso, bello, admirable, monumentmal, sobresaliente, maravilloso, estupendo, impresionante, grandilocuente, fabuloso, deslumbrante … y así muchos más, pero ¡ojo, Sr. Diputado!, podríamos dar cabida aquí a “inaudito”, adjetivo, sinónimo de asombroso y sorpredente, pero nunca como insulto, que no lo es. ¿No te parece que es demasiado pobre al usar el lenguaje, tanto hablado como escrito, o radiado, decir a todo que es genial y espectacular, como por ejemplo: meter un gol o hacer una tortilla de patatas?
Cuando usamos esos dos adjetivos tan manidos, sinónimo de manoseados, gastados y mal usados, deberíamos fíjarnos en esa imagen, o similares, comparar y aprender a hablar con mucha mayor corrección y propiedad. Una manera más de embellecer las cosas de este mundo. Que no es poco.
https://youtu.be/ariLvr25N24 Chopin: Mazurka, Op. 67 No. 4 | Ophélie Gaillard, Royal Philharmonic Orchestra
No hay comentarios:
Publicar un comentario