jueves, 6 de octubre de 2022

EL LOCO DE LA COLINA NO ESTABA TAN LOCO

 

No, no estaba loco El Loco de la Colina, porque quien hablaba así, además de maestro inigualable de los silencios, demostró ser maestro en el buen decir. Basten solo algunas de sus muchas perlas:

“Se pasan la vida asustándonos con todo. Con las armas de destrucción masiva, con la capa de ozono, con el cambio climático, con los peligros de la droga, con los riesgos del tabaco o con la exposición al sol... Pero lo que de verdad mata es el hambre del tercer mundo, la pobreza, la enfermedad, la guerra, el terrorismo y la cruzada contra el terrorismo, la desigualdad y la injusticia social”. Y cuidado que hablan en el Parlamento, muchos, para decir solo obviedades, los mantras de siempre que llevan preparados sin atender al debate y a lo que los otros dicen, y lanzarlos como dardos; y cuidado que hablan en los Medios de Comunicación y ahora en las Redes..., y qué pocos dejan que hable el silencio como hacía El Loco-lúcido de la Colina.
Un Loco escandalizado de los que no han leído un “puto” libro en su vida y se enorgullecen de ello:
“Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su ‘jodida vida’, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura... Los analfabetos de hoy son los peores porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación: saben leer y escribir, pero no ejercen... Ellos son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre serán la clase dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura”. Están ahí, van de acá para allá luciendo ropa de marca, banderas al viento, coches de alta gama, y hasta se atreven a soltarnos discursos quienes no han aprendido a juntar las letras con orden, concierto, decencia y sentido.
“El único pecado imperdonable es no vivir, entregarse a una muerte anticipada mientras la sangre corre todavía por nuestras venas. Porque vivir no es solo estar en la vida. Vivir es participar en la fiesta, actuar, ser protagonista... Saber por propia experiencia qué es el amor, a qué saben los besos, qué se siente cuando se llega al éxtasis, a la cumbre del placer”. Dejando al lado el pecado, para qué meternos en camisa de once varas, ahí tienes una magnífica lección de lo que es vivir, según Jesús Quintero, que conviene dar marcha atrás y volver a leer: “Vivir es participar en la fiesta...” Y más: “El tiempo no es como el cartero que siempre llama dos veces. Los días perdidos se pierden para siempre. Cada instante es único y los que no se viven se quedan sin vivir”. Así es: El tiempo no llama dos veces, pasa demasiado deprisa y no se entretiene mirando atrás, va a lo suyo, y siempre hacia adelante, ¿para no convertirse en estatua de sal?, puede que sí. Y ya sabes que las estatuas de sal no viven, no respiran, ni sienten ni padecen, no gozan, no abrazan, están frías por dentro y por fuera. Así que: Por favor, no seas estatua de sal anclada en el tiempo y muerta en vida.
“Loco inmensamente cuerdo, rebelde, empecinado en combatir la mediocridad”, ha escrito de él la periodista Rosa María Artal. Pues eso.
https://youtu.be/Efm0PVYZFBY El loco de la colina -- Vivir

No hay comentarios: