miércoles, 28 de septiembre de 2022

EL PELIGRO DE NACER EN UNA JAULA

 




En mi corto paseo cada mañana a por el pan y el periódico me encuentro, a veces, con gratas sorpresas, como los breves escritos que los dueños de un bar ponen, en lugar del menú o del precio del desayuno, y que siempre hacen pensar, por ejemplo la frase de esta semana: “Los pájaros nacidos en una jaula creen que volar es una enfermedad”, de Alejandro Jodorovky, cineasta y escritor, entre otras muchas cosas, que se ahorraron citar, y he tenido que ir a Internet en donde se encuentra todo, también esta frase y su dueño. El bar se llama, no en vano, Hipatyia, y la dueña es encantadora. Así que cuando llego a casa me pongo al ordenador a navegar a favor del viento de la frase:
Tan hechos a la jaula que están convencidos de que su vida se reduce a ese minúsculo espacio, sin saber nada del fascinante goce del vuelo libre, saboreando de paso los mosquitos que se pueden cazar al paso. Tan hechos están a vivir enjaulados que creen que volar es una enfermedad. El colmo.
Nacidas con el velo, el burka, las órdenes irracionales y represivas, la inmensa mayoría cree que así debe ser, y se sigue con la monstruosa costumbre de la mutilación genital para eliminar el placer sexual en la mujer, y no poder salir a la calle sin un familiar al lado, y no poder ejercer libremente un trabajo, y más y más, y así seguimos. ¿Hasta cuándo? Horror de horrores. Necedad en sumo grado.
En su casa solo el padre tenía la voz de mando, y todo el mando en sus manos, todas las decisiones desde su omnímodo poder, los demás callaban y obedecían, incluida, claro está, su madre. Siempre lo vio así, siempre escuchó la misma tonada, por cierto, demasiado autoritaria, chirriante y consabida, y cuando se hizo mayor se enorgullecía de repetir la misma lección aprendida, sin ninguna posibilidad de llevar la contraria, lo suyo había sido obedecer y callar, porque su padre también había seguido la norma del suyo, su abuelo. Difícil salir de un camino-jaula tan trillado sin la posibilidad siquiera de hacer camino al andar, que va de suyo, como dijera el poeta.
Llegó a creerse todo lo que le decían, a no pensar por propia cuenta, ni ejercer el juicio crítico que nos hace ser más, a no dudar ni de lo más mínimo que nos hace más humanos..., y terminó convirtiéndose en un buey mudo, dem asiado manso, feliz en su establo-jaula.
Y así sucesivamente...
Nota no tan al margen: “El ruiseñor se niega a anidar en la jaula, para que la esclavitud no sea el destino de su cría”, Khalil Gibrán. Si eso es cierto, qué inteligencia más preclara y solidaria la del ruiseñor, intuir que hay otra vida fuera de la jaula y hacer lo posible para que otros se liberen de tal condena.
https://youtu.be/YysqP9yCgjw Ara Malikian Symphonic. Pisando flores. Live at Las Ventas Madrid

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