domingo, 24 de octubre de 2021

ROMPER TIENE 6 LETRAS Y MUCHO MÁS

 


Puede suceder que alguien haya roto un plato y hasta quizá la vajilla entera, como así mismo que tú y yo hayamos roto algo, más de una vez.
Del verbo romper y sus alrededores vamos a hablar. Como de las palabras hermosas que pudiera contener y otras que no tanto. Y así es bella rompeolas, pero no tanto rompetechos, que lleva cierto aire despectivo, rompesquinas, que se refiere a los fanfarrones y camorristas, la expresión nunca falta un roto para un descosido, y rompetallas, rompecabezas, rompeculos, rompepiernas, rompecorazones, rompehielos, rompenueces, rompetodo. Y el tremendo “se rompió la crisma”. Pero también rompezaragüelles (planta americana), el esperado rompeaguas, el esperanzador romper el día, el fascinante romper a hablar y el rotundo y resuelto “de rompe y rasga”.
¿A quién no le han castigado o amonestado seriamente por romper algo? ¿Quién no se ha castigado en exceso hasta el insulto a sí mismo por haber roto un plato, un vaso, o similares objetos y pertenencias? Y que siempre habría que responder con inteligencia y la necesaria autoestima: bien, ya está, no debo llorar por la leche derramada, de nada sirve, sino sentirlo, o pagarlo, y a la próxima hacerlo mejor o con más cuidado.
Se me rompe el alma, se ha roto el matrimonio, han roto las relaciones, han roto la amistad, han roto... Romper: yo rompo, tú rompes, el rompe y todos y todas hemos roto algo en nuestras vidas. Ya está. Se acabó.
Pero hay un romper que se vuelve hasta arte en las manos de artesanos y artistas consumados utilizando la técnica del kinsugi. Que, ¿qué es? Pues una técnica artesanal usada ya hace cinco siglos por los japoneses, quienes acuñaron el término: kintsugi, literalmente "parche de oro", que consiste en recomponer los pedazos rotos de un objeto de cerámica y cubrir las "costuras" con polvo de oro o plata. El resultado final es una nueva obra de arte, nacida de la obra rota. Contempla de nuevo la imagen, perfecto ejemplo del kintsugi japonés. Y quédate con la ampliación de un magnífico significado: la formidable fórmula de creatividad convertida en filosofía de vida o la feliz estrategia de cicatrizar heridas, conforme a las buenas prácticas de la psicología
Todos tenemos experiencia del verbo romper llevado a la práctica: el momento exacto, qué nos dijeron, o qué castigo nos impusieron, cómo reaccionamos nosotros, qué sentimientos tuvimos y cómo lo llevamos. Hablemos del tema, escribamos sobre él, destripemos el verbo romper en nuestras vidas, pensemos un momento en ello...
Romper, romper, romper... Bueno, pero no tanto, démonos la
enhorabuena
de no estar rompiendo a todas horas parte de la vajilla y la crisma de nadie, además, ya sabemos que de un roto y un descosido podemos sacar una obra de arte y una manera airosa de salir del agujero cicatrizando heridas.
https://youtu.be/NbgAHpD4W_8 Moncayo - Huapango (Alondra de la Parra & L'Orchestre de Paris) Majestuosidad, elegancia, dulzura, precisión, seguridad, nervio, alegría contagiosa, dominio escénico, disfrute total, atenta a cada instrumento y al conjunto... todo eso y más, así veo yo a esta inmensa directora de orquesta. Que me tiene hipnotizado, vaya. Una gozada verla dirigir, aunque algún plato habrá roto.

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