Los glaciares son ríos de hielo y nieve que descienden muy lentamente montaña abajo, y cuando dejan de hacerlo, mueren. Es lo que les está pasando a muchos de ellos. Los únicos que quedan en España están en los Pirineos, aunque de los 59 que había, no hace tanto, quedan solo 19. Y de los glaciares de los Alpes se dice que podrían esfumarse en 80 años. Hace ya años me enteré de que había desaparecido el glaciar de la Laguna de Gredos que bajaba del Pico Almanzor y me llevé un gran disgusto al verlo convertido en un pedregal. Sentí dolor en la mirada. Tenía alrededor de 17 o 18 años, cuando lo descubrí en toda su majestuosidad en la primera excursión que hacía, mi primera gran salida de casa, con tres compañeros de estudios y un profesor. Gredos me impresionó con su circo de montañas desnudas, la Laguna, el glacial, que atravesemos por completo en la ascensión al Almanzor, las capras hispánicas, señeras en los peñascos más altos, y las Cinco Lagunas. Era mi primera salida y aquello, lógicamente, dejó una profunda huella que sigue intacta en mi memoria. Por eso al leer la situación actual de los glaciares y su futuro incierto he vuelto a recrearme en aquellos días de contacto feliz con una naturaleza majestuosa en estado de virginidad. Y me sigue doliendo aquel glacial convertido en pedruscos. El cambio climático nos está cercando y pareciera que seguimos estando en las nubes, como si no fuera con nosotros uno de los asuntos más graves sobre nuestras cabezas y no digamos sobre las de nuestros descendientes. ¡Qué planeta les estamos dejando, ay!
No hay comentarios:
Publicar un comentario