A estas alturas del milenio no se necesitan muchos argumentos para que te convenzas, porque los inmensos avances que han supuesto las vacunas en miles de millones de personas que les han salvado la vida se basan en datos y hechos incontestables. ¡Es la ciencia, hermano! Uno de los mayores inventos de la medicina de todos los tiempos no se puede poner en tela de juicio por quítame allá esas pajas, por una nimiedad, un discurso sin razones poderosas, un miedo contra la ciencia más avanzada del momento en todo el mundo.
Primero, porque tú te mereces lo mejor, una vida digna, sana y sin peligros que pueden eliminarse poniendo este remedio gratuito y fácil.
Segundo, porque se lo debes a tus familiares y allegados, amigos de toda índole y todos tus conciudadanos que esperan de ti un comportamiento responsable. Y si tú te vacunas, te estás beneficiándote a ti mismo, a tus seres más queridos, amigos y vecinos, además de impedir que la carrera del virus se extienda más y en más oleadas.
Tercero, porque no se puede ir por la vida, sacando pecho sin fundamento, porque los gobiernos que están gestionando el asunto no son los de tu simpatía y, desde fuera, uno se pregunta qué tendrá que ver la velocidad con el tocino que oíamos decir con frecuencia a nuestros padres para casos similares.
Debes informarte un poquito nada más y hacer caso a quienes de aquí, de allá y de norte a sur, este y oeste, saben de qué va la copla y están seguros al cien por cien.
Y para de verdad celebrarlo no debemos hacerlo con el primero que se vacune, sino con el último, porque habremos demostrado que importa que todo el mundo disfrute de los grandes avances y no tengamos que asistir a la irritante y escandalosa diferencia entre Canadá y Nigeria, por poner dos ejemplos increíbles, Canadá dispone de cinco veces más de vacunas necesarias para su población, mientras que Nigeria, por ahora, no dispone de ninguna. No hay derecho que este orden mundial sea un desorden tan injusto, impúdico y vergonzoso. No puede ser, una vez más, el sálvese quien pueda. Si la pandemia es mundial, que lo es, o nos salvamos todos, o casi, y así nos salvamos todos, o aquí no se salva ni Dios. Ya digo, para celebrarlo, mejor cuando la inmensa mayoría se haya vacunado y se haya pasado el peligro, como bien decía Javier Sampedro en uno de sus excelentes artículos, titulado: No celebren la primera, sino la última. Eso es.
Sin olvidar el aviso de los expertos: “A veces la infección más tarde en la vida causa una enfermedad más peligrosa” Y la OMS: “La vacunación es una forma segura y eficaz de prevenir enfermedades y salvar vidas, hoy más que nunca. En la actualidad disponemos de vacunas para protegernos contra al menos 20 enfermedades, entre ellas la difteria, el tétanos, la tos ferina, la gripe y el sarampión. En su conjunto, esas vacunas salvan cada año tres millones de vidas”.
No le des más vueltas, por favor: Póntela. Por mí, cuanto antes mejor. Y aunque parezca insignificante el gesto y la acción individual podemos estar seguros de que formaremos parte del inmenso éxito que supondrá vencer al virus. Y eso merecerá una gran celebración.
https://youtu.be/9OJzrPRk2ng KATICA ILLÉNYI Tango Por Una Cabeza https://youtu.be/dcYw93UvWUo POR UNA CABEZA - Josip Bartulovic és Liscsinszky Katinka Dos versiones bien diferentes y espléndidas.
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