lunes, 9 de septiembre de 2019

TENEMOS QUE HABLAR


No se entiende que sean dos gotas de agua, como tú, como yo, como algunas parejas, los hermanos, los amigos de siempre, pegados y acoplados, unidos en el llanto y la carcajada, y que sin saber por qué, cómo y de qué manera, un buen día alguien te diga “esto se acabó” o se dejen de hablar como en esta viñeta, teniendo casi todo en común: peinado, coletas, vestidos, calzado, el mismo color del alma, la misma tensión en las emociones, iguales gustos, el mismo compromiso de por vida por los desahuciados de esta tierra que tendría que ser de todos y no lo es, hasta que alguien se da cuenta de lo mucho que tienen en común, casi todo, y por si fuera poco una coleta para dos o la misma coleta que las tiene unidas para siempre, y tomando honda conciencia, una de ellas se dice hasta aquí hemos llegado: Tenemos que hablar, largo y tendido, hasta que salga el sol, si es de noche y la luna, si es de día, y es preferible, antes que esa frialdad que congela los soles y esa incomunicación aberrante a todas luces y que da alas a los celos, la envidia y el raquitismo que no deja de crecer ni expansionarse.
La imagen es patética, pero quién entiende que haya algún hijo que odie a sus padres, o casi, pase de ellos y los quisiera ver muertos, que algunos hermanos se maten por un puñado de tierra o dos euros arriba o abajo y una maldita y estúpida joya de la abuela materna, que amigos para siempre amigos, un maldito día dejen de serlo, si siempre habéis compartido una coleta del pelo, una misma risa, más de un llanto en el mismo instante y lugar, con cientos de proyectos realizados y no pocos soñados con la misma ilusión, buen rollo y mejor compañerismo... Hay que hacérselo mirar si eso ocurre, y si no se puede, porque la entereza y los buenos modos huyeron a otros lares, buscar apoyo externo y de expertos en la materia, porque es igual de patético que la situación a la que han llegado de por vida y tristeza de muerte esas dos mozas.
“Tenemos que hablar”, ya era hora que a alguien se le ocurriera, porque con harta frecuencia los dos extremos lo estaban pidiendo a gritos, a no ser que las sombras, por llamarlo de alguna forma, hayan hecho nido en el alma y ya están un tanto o un mucho momificadas. Y es entonces cuando las campanas tocan a muerte.
Pero es seguro que la mujer de la derecha diga, porque siempre se está deseando: “Es verdad, comencemos”. Y así es como, colorín colorado, esta historia empezó a andar de nuevo, experimentando una segunda luna de miel de buen amor y espléndida amistad que, a veces, es más sabrosa que la primera.
Nota no tan al margen: Hablan poco, a veces hasta meses sin hablar, y si lo hacen no se entienden, se descalifican, cuando lo urgente es hablar, entenderse, pactar, gobernar... Mucho más grave que la pareja de la imagen, porque con estos nos jugamos mucho más: el buen gobierno del país, el bienestar de todos. ¿Hablarán, se entenderán, dejarán de mirarse a su ombligo y pactarán?
... https://youtu.be/4zVSfAtZDSY Para que al menos tengamos felices sueños en amistad y buena camaradería. (No os perdáis la entrada de los violines)
Dibujo de Luci Gutiérrez

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